¿Cómo acabó san Raimundo de Fitero en La Mancha?

El 15 de marzo celebramos a san Raimundo de Fitero. Fundador de la Orden de Calatrava, consiguió mantener las conquistas cristianas en tiempos en los que la extensión del cristianismo en la península dependía de los asentamientos de cristianos en zonas continuamente atacadas. Calatrava la Vieja, que podemos visitar en Carrión, dio nombre a una de las órdenes de caballería de más importancia en España.

San Raimundo de Fitero es uno de los santos más importantes con relación a nuestra diócesis de Ciudad Real. Celebraremos su fiesta el próximo día 15 de marzo, fecha en la que el monje guerrero partió a la casa del Padre. Quizá te preguntarás cómo Raimundo, oriundo de Saint-Gaudens en Francia, acabó en plena Mancha. Según los especialistas, Raimundo perteneció al séquito del obispo Miguel de Tolouse, localidad cercana a Saint-Gaudens, donde nació nuestro santo. Cuando Miguel es designado posteriormente como obispo de la diócesis de Tarazona, Raimundo viaja con él y permanece a su servicio, hasta que decide ingresar en el monasterio más cercano a Tarazona, el cenobio cisterciense de la inhóspita Yerga. El monasterio era liderado por el abad Durando a quien, poco después, Raimundo sucedió en el cargo. Debido a las difíciles condiciones de vida en este lugar, la comunidad conventual se traslada a un nuevo convento en Niencebas, donado por el rey Alfonso VII en octubre de 1140 y muy cerca de Fitero (Navarra), por aquel entonces territorio fronterizo perteneciente a Castilla.

Quizá te preguntarás cómo Raimundo, oriundo de Saint-Gaudens en Francia, acabó en plena Mancha

Raimundo y sus monjes permanecieron en Niencebas tan sólo diez años (1141-1151) ya que por el 1144 Raimundo anhelaba trasladarse a un nuevo lugar, cuyas tierras eran mucho más fértiles, en el valle del Alhama, cuyo nombre era Castellón en Fitero, junto a la margen izquierda del río Tudején. Por ello, a nuestro santo se le comenzará a llamar Raimundo de Fitero. Dicho monasterio será respaldado por el rey Alfonso VII y su hijo Sancho III, así como por el obispo de Tarazona y hasta el mismo Papa, Eugenio III. Fitero era un enclave castellano estratégico que hacía frontera con los reinos de Navarra y Aragón.

La amenaza almohade influyó sobremanera para que Raimundo de Fitero viniera a la Mancha. El califa ‘Abd al-Mu’min, entre 1154 y 1157, consiguió erradicar la presencia cristiana en Úbeda, Baeza y Almería, amenazando la manchega Calatrava, junto al río Guadiana. Calatrava fue reconquistada por el rey Alfonso VII en 1146 y suponía una plaza estratégica por ser paso entre Toledo y Andalucía. Tal era el peligro de los moros que, según cuenta el arzobispo Jiménez de Rada en sus crónicas, los templarios decidieron abandonar Calatrava en 1157, obligando al rey Sancho III a pedir ayuda a Raimundo para que, junto a sus monjes guerreros, la defendiera.
 
Por Marcos Sevilla Olmedo