«El mundo necesita testigos valientes»

El pasado viernes 16 de diciembre, la Luz de la Paz se distribuyó a toda la diócesis desde la catedral de Ciudad Real en una celebración que presidió el obispo, don Gerardo Melgar.

[Puedes ver un resumen de la celebración en vídeo en este enlace]

Érase la Luz es el lema elegido por los scouts para la actividad este año que entró en la catedral en tinieblas encendiendo el templo a su paso. Con la luz en el presbiterio, y tras la lectura de la Palabra, don Gerardo se dirigió a los scouts que, junto a fieles de toda la diócesis, esperaban para encender sus faroles y llevar la luz a sus parroquias, a hospitales o residencias de ancianos.

La luz, dijo don Gerardo, «que es Cristo, pide de nosotros que abramos nuestro corazón a esa luz, a la luz que es Cristo, y la acojamos, que nos dejemos iluminar por Él y que caminemos por nuestra vida como hijos de la luz y no como hijos del pecado ni de las tinieblas».

«Hoy esta es la misión que el Señor nos encomienda: alumbre vuestra luz a los hombres para que, viendo vuestras buenas obras, viendo vuestro obrar, viendo vuestro vivir, glorifiquen también ellos a vuestro Padre que está en el cielo»

Caminar iluminando a los demás pide de los cristianos ser testigos en el mundo de Cristo resucitado. Para ello, don Gerardo invitó a todos a dar testimonio con sus acciones, siendo ejemplo para todos: «Tenemos que ser testigos auténticos de esa fe, testigos de la luz que vamos a recibir, una luz que significa nuestra fe. Una fe que hemos de hacer realidad en nuestra vida, porque la fe o la vivimos o no es nada». Subrayando el testimonio cristiano, continuó: «El mundo necesita testigos valientes del Evangelio, testigos de la luz para que también con nuestra vida iluminemos la vida de los demás. Todos somos corresponsables de la fe de los demás. Y si muchos no creen, a lo mejor es porque nosotros no hemos sido testigos, porque nosotros no hemos dado el testimonio auténtico que tendríamos que haber dado».

«Hoy esta es la misión que el Señor nos encomienda: alumbre vuestra luz a los hombres para que, viendo vuestras buenas obras, viendo vuestro obrar, viendo vuestro vivir, glorifiquen también ellos a vuestro Padre que está en el cielo», concluyó.

Después de las palabras de don Gerardo, los grupos de las parroquias y algunas familias fueron acercándose a encender la llama para propagarla por toda la provincia.

La Luz de la Paz de Belén
 
La iniciativa de la luz de la paz, que este año se difunde con el lema Érase la Luz, es un proyecto de los scouts y guías de Austria que, en la colaboración con los scouts de diferentes países de Europa y otros continentes, reparten la Luz de la Paz encendida cada año por un niño austriaco en la cueva del nacimiento de Jesús en Belén. La distribución de la Luz de la Paz a todos los países participantes se realiza desde Viena, desde donde este año llegó a Santander y, desde allí, al resto de España.

Se quiere que la luz tenga presencia en parroquias, hogares particulares, hospitales, residencias de ancianos o prisiones. Especialmente en aquellos lugares en los que se vive especialmente la soledad o el sufrimiento.