Liturgia

Arcángel Moreno es el delegado de Liturgia de nuestra diócesis. Para el Día de la Iglesia Diocesana nos habla de la comunidad que celebra, explicando que «la Iglesia no puede vivir sin eucaristía, es la célula vital más viva desde la que la Iglesia puede afrontar los tiempos y los espacios en los que vive».

No es difícil caer en la cuenta de que la Iglesia Diocesana celebra la liturgia con toda la Iglesia. Efectivamente, unidos al Papa y a nuestro obispo, en cada eucaristía recordamos que nuestra diócesis no es una porción aparte de la Iglesia y que la celebración nos pone en el tono y en la melodía de toda la Iglesia universal. Y por eso, quizá, nos cuesta comprender que para ser el cuerpo de Cristo que ora y celebra a una sola voz, con riquezas distintas, lo hagamos con Cristo, en el Espíritu y hacia Dios Padre. Pero todos juntos. Es la Iglesia en oración.

La vida de la Iglesia tiene su fuente y culmen en la celebración de la eucaristía y, cuando no cuidamos esta realidad, flaqueamos en el seguimiento del Señor y en nuestra vivencia como Iglesia.

Nuestra diócesis se renueva y vive constantemente de la celebración de la eucaristía

Vemos cómo la Iglesia no puede vivir sin eucaristía, es la célula vital más viva desde la que la Iglesia puede afrontar los tiempos y los espacios en los que vive. La expresión actual de la encarnación de Dios, de su autocomunicación, pasan por esta realidad sacramental-litúrgica. Se comunican realidades vivas y la gracia se hace visible, corporal. ¿Cómo afrontar esto para que no suene a teórico?
El papa Francisco acaba de llamarnos la atención sobre la formación litúrgica del Pueblo de Dios. Se trata de la carta Desiderio desideravit. En nuestra diócesis también nos sentimos interpelados: cuidar la celebración, saber participar activamente, cuidar el silencio, el respeto al espacio sagrado, el deseo de Dios y la participación en la comunión con Cristo y con la Iglesia…. Todo esto pide nuestra implicación que comenta así el Papa:

Unidos al Papa y a nuestro obispo, en cada eucaristía recordamos que nuestra diócesis no es una porción aparte de la Iglesia

«Esta implicación tiene lugar… por vía sacramental. La Liturgia está hecha de cosas que son exactamente lo contrario de abstracciones espirituales: pan, vino, aceite, agua, perfume, fuego, ceniza, piedra, tela, colores, cuerpo, palabras, sonidos, silencios, gestos, espacio, movimiento, acción, orden, tiempo, luz. Toda la creación … Así como canta la plegaria sobre el agua para la fuente bautismal, al igual que la del aceite para el sagrado crisma y las palabras de la presentación del pan y el vino, frutos de la tierra y del trabajo del hombre» (n. 42).

A veces no afrontamos esto y vivimos lejos del Misterio Pascual. Muchas veces por un afán de espontaneidad incontenida o por la adhesión a un cierto hieratismo resulta difícil formar para celebrar nuestra vida como historia de salvación que se renueva. Y es que nuestra diócesis se renueva y vive constantemente de la celebración de la eucaristía.
 
Por Arcángel Moreno Castilla