Del 1 al 7 de agosto se han desarrollado en Salamanca los cursos de verano 2022 en los que han participado una veintena de simpatizantes del movimiento de nuestra diócesis. Estos cursos son un espacio de profundización, diálogo y convivencia. La reflexión ha estado centrada en la defensa del trabajo digno con el título «Soñando el trabajo decente, construyendo prácticas de comunión».
Los primeros días, el 1 el 2 de agosto, han estado reservados a la reflexión. Fernando Díaz Abajo, consiliario general de HOAC, ha ofrecido una ponencia en la que ha desarrollado las «Claves de la espiritualidad y mística desde el servicio de consiliarios y animadores de la fe». Así se ha recordado la «necesidad de repensar la espiritualidad entroncada en la vida del mundo sin que deje de ser contemplativa».
Las siguientes jornadas, del 3 al 5 de agosto, han sido de profundización y diálogo. Raúl Flores, coordinador de estudios de Cáritas española, ha ayudado a los participantes a reflexionar con su ponencia «De camino hacia la vida digna, pasando por el trabajo decente». También han intervenido, entre otros, Albert Alberich, director de Moda-Re, iniciativa de Cáritas para crear puestos de trabajo y recomercializar prendas aún en buen estado a precios muy modestos y Traperos Emaús de Huelva, con su coordinador Javier Rodríguez.
HOAC nos llama a todos a «soñar juntos por el trabajo decente» porque, como dice el papa Francisco «tienen la capacidad de ponernos en movimiento, de ponernos en camino” y porque “en este momento no alcanzan el cerebro y las manos, necesitamos también el corazón y la imaginación».
Todo este sueño por el trabajo decente y por la justicia reclama:
El acceso a un empleo estable y el respeto a la dignidad esencial de toda persona
La reducción de la jornada laboral para conciliar y rescatar el tiempo creativo de las exigencias de la producción
La necesidad de potenciar los derechos sociales y los servicios públicos, como derechos humanos inalienables
El cumplimiento estricto de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y las medidas de inspección y control que eviten la enfermedad y la muerte: El trabajo es para la vida
La promoción y el impulso de la formación y la cultura obrera de la solidaridad
Por la creación de espacios de encuentro entre el mundo del trabajo y la Iglesia.
La redistribución de la riqueza a través de un ingreso básico o salario universal.
La cultura del bien común que permite compartir bienes, tiempo, practicar otro consumo y fortalecer la economía del bien común, social y solidaria