La experiencia de Betania

En plena Semana Vocacional Alba Pulido Arriga nos cuenta cómo la ayuda Betania, una experiencia de vocación que se ofrece en la diócesis desde el año 2001 para ayudar a quien lo desee a discernir el camino de Dios en su vida. Este curso hay cinco personas realizando Betania.

Mi nombre es Alba y, actualmente, soy catequista en la parroquia de San José de Puertollano.

Mi recorrido con la fe ha sido bastante extraño. Cuando creces, te empiezas a hacer preguntas y, poco a poco, te puedes ir alejando de la fe.

Todo comenzó cuando vi un anuncio en Facebook, donde buscaban a gente para apuntarse a catequesis de confirmación de adultos en la parroquia.

Ese mismo día, me presente allí sin tener ni idea de nada, pero con ganas de aprender algo «nuevo».

Allí estaba Pedro Antonio, el sacerdote de la parroquia. Muy pacientemente aguantó mis preguntas y mis comentarios. Poco a poco, algo en mi interior se iba llenando y cada vez me acercaba más a la Iglesia.

Un 14 de febrero mi abuela se iba a la casa del Padre. Fue cuando, en la soledad del hospital, llamé al sacerdote, al que apenas conocía, para que le diera la unción de enfermos. Mi abuela se fue en paz. Enseguida, Pedro Antonio se acercó para ayudarme y estar a mi lado.

Ahí me di cuenta de que el Señor estaba a mi lado y que nunca me dejaría sola, pues tenía ángeles en la tierra que me iban ayudando. Desde ese día, encontraba más consuelo en la Iglesia.

Un día, el sacerdote me ofreció ser monitora de campamento (nunca había ido a un campamento, pero accedí) y, después, me volvió a llamar para ser catequista.

Esto fue una aventura aún mayor, pues mis conocimientos sobre la Iglesia era más bien pocos. Acepté y empecé con mi grupo de chicos.

Llegó un momento en el que cada vez que salía de misa tenía un sentimiento tan grande que me hacía muy feliz pero que no sabía como explicar.

En una confesión, le comenté al párroco que sentía que el Señor quería algo de mí, pero no sabía lo que era. Fue ahí cuando conocí Betania

Tras reflexionar, accedí a ir. Pensaba que iba a estar sola o que no iba a encajar, pero aun así accedí. Esa sensación solo la tuve el primer día.

Betania se centra en una reunión mensual en el seminario con el apoyo del sacerdote Óscar Casas, delegado de Vocaciones. Allí contamos cómo nos ha ido el mes o si tenemos dudas sobre los temas tratados. Después viene la exposición del Santísimo junto a los seminaristas.

La verdad que es una tarde entretenida en compañía de personas que sienten lo mismo que tú y que no te juzgan.
A ti, que lees estas líneas que he escrito tímidamente, te animo a que persigas tu sentimiento. El Señor te llama para algo grande. Descúbrelo.


Por Alba Pulido Arriaga