El papa Francisco nos propone dedicar la oración del mes de febrero a la oración intensa por aquellas que rezan por nosotros cada día, por las mujeres religiosas y consagradas.
«Recemos por las mujeres religiosas y consagradas, agradeciéndoles su misión y valentía, para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos de nuestro tiempo», nos dice el Papa.