Anunciar el Evangelio de la familia hoy

El pasado domingo celebramos la Jornada de la Sagrada Familia. La delegación de Pastoral Familiar de nuestra diócesis nos habla del sentido de este día.

Anunciar el Evangelio de la Familia hoy es el lema que, desde la Conferencia Episcopal Española, se nos propone para la Jornada de la Sagrada Familia. ¿Qué se pretende con este lema? Recordamos que la palabra Evangelio, que procede del griego, significa Buena Noticia, por tanto, el objetivo es recordar la buena noticia que significa la familia hoy. Es esencial recordar en nuestra sociedad la importancia de la familia, donde se vive la auténtica alegría que «llena el corazón y la vida entera», como nos decía el papa Francisco en Evangeli Gaudium. Debería ser así siempre, pero quizás en Navidad es cuando tenemos la oportunidad de saborear, y recordar, esa alegría. No pretendemos ser ingenuos, no todas las familias tienen la oportunidad de vivir y disfrutar esa alegría. Muchas personas viven hoy en soledad y tristeza, la familia no es para muchos motivo de alegría, esta situación tiene su origen en el individualismo y la desconfianza, y se intenta compensar esta situación con el emotivismo y se busca ser confortados en lo efímero, buscando nuevas experiencias cada vez más intensas que compensen esa carencia en el corazón, todo esto imposibilita la construcción de un hogar.
El misterio de la Navidad es una luz que cada año nos hace a todos volver los ojos hacia ella, recordar las enormes dificultades que un matrimonio tuvo que pasar para traer a su hijo al mundo. Cada año, tenemos la oportunidad de revivir este misterio, de cómo Jesús nace para volvernos a traer el mensaje de paz y amor que todos necesitamos. Todos estamos llamados a esforzarnos para que cada miembro de nuestras familias responda a esta llamada de amor, y llevar luces a todos, algunas, grandes luces, y otras, pequeñas luces, que iluminen nuestra sociedad. Sin olvidar que nosotros solo somos las lámparas que transportan la luz, es Jesús quien se encarga de iluminar los corazones, pero nos corresponde a nosotros llevar ese anuncio, con alegría y humildad, que propicie la «adhesión del corazón con la cercanía, el amor y el testimonio» (EG 42).

No pretendemos ser ingenuos, no todas las familias tienen la oportunidad de vivir y disfrutar esa alegría.

Es necesario, hoy más que nunca, anunciar la buena noticia de la familia, anunciar esa comunidad privilegiada de amor, de libertad y solidaridad, donde cada miembro es querido, apoyado y respetado. Nuestra Iglesia es también una gran familia que tiene su origen en la iglesia doméstica originaria que es la familia de Nazaret. Volvamos una y otra vez los ojos a ella para poder anunciar al mundo que todos pertenecemos a la gran familia de los hijos de Dios. Feliz Navidad.
 
Por Delegación Diocesana de Pastoral Familiar