Después de un año en el que no pudieron reunirse a causa de la pandemia, el pasado 22 de diciembre el presbiterio celebró su tradicional convivencia navideña en el Seminario.
El obispo, don Gerardo Melgar, presidió la eucaristía en la capilla mayor del Seminario, donde estuvo presente la mayor parte del presbiterio y todos los seminaristas. En su homilía, don Gerardo felicitó la Navidad a todos los sacerdotes, a sus familias y a las comunidades en las que realizan su labor pastoral. Explicó las «tres natividades» del Señor: la que ocurrió en Belén, la que acontece en nuestra vida hoy y la que nos prometió con su regreso.
Animó a todos a agradecer el don de la salvación, la presencia y compañía del Señor que se nos ha dado gratuitamente, como un don inmerecido que rebosa amor y entrega: «Hacemos memoria y celebramos el gran amor del Padre que nos entrega a su Hijo […] Dios no nos abandona, sino que hace un plan de salvación en el cual va a enviar a su propio hijo, para que con su nacimiento, vida, muerte y resurrección, nos devuelva la salvación perdida por el pecado», dijo.
«Dios no nos abandona, sino que hace un plan de salvación en el cual va a enviar a su propio hijo, para que con su nacimiento, vida, muerte y resurrección, nos devuelva la salvación perdida por el pecado»
Con esta actitud de agradecimiento, explicó que «celebrar el nacimiento de Dios supone vivir en nuestra vida el mismo estilo de vida que Cristo vino a enseñarnos con su venida, vivirla desde el amor de unos a otros como él nos ha amado. Así Dios nacerá y estará en nosotros cada vez que amamos a los demás, cada vez que nos entregamos a mostrar el rostro misericordioso de Cristo».
Concluyó con la misma actitud agradecida, «por su nacimiento, de vivencia auténtica en nuestra vida de todo aquello que nos pide y de preparación para esa última venida en la cual el Señor nos pueda dar el premio prometido».
Después de la misa, los seminaristas interpretaron el festival de Navidad, donde a través de cantos de villancicos y teatro felicitaron la natividad del Señor a toda la diócesis.