José Felipe Fernández, delegado diocesano de Pastoral de Juventud, escribe sobre la Marcha de Adviento, que regresa de manera presencial el próximo 27 de noviembre.
No puedo negar que la Marcha de Adviento ha sido, es y, estoy seguro, será un «regalo» para nuestra diócesis. Veintidós ediciones consecutivas de este encuentro ya nos indican que no ha sido un fruto pasajero, sino que nos ha introducido en una experiencia de Iglesia joven y diocesana.
¿Qué tiene la marcha que ha enganchado a varias generaciones de jóvenes de nuestras parroquias? En esto nunca hay fórmulas mágicas. Tal vez sea la simplicidad de la propuesta: ya sabéis que los ejes en los que se apoya es en la peregrinación y la oración. Tal vez es que los jóvenes la han vivido como algo propio preparando talleres, bailes, presentaciones. O tal vez la experiencia de Iglesia joven, es decir, como joven no estoy solo, ya que hay gente que comparte su fe como lo puedo hacer yo. O tal vez todos o tal vez solo el regalo de un Dios bueno con nuestra diócesis.
¿Qué tiene la marcha que ha enganchado a varias generaciones de jóvenes de nuestras parroquias?
Cuando escribo estas líneas no puedo negar que vienen a mi memoria infinidad de momentos que he vivido en las últimas once marchas de Adviento como delegado y alguna más anteriormente como sacerdote y seminarista. Recuerdo la presencia de la cruz y el icono de las Jornadas Mundiales de la Juventud en 2010, la alegría de la marcha de 2011 tras la Jornada Mundial de la Juventud, los agobios en alguna Iglesia como la de Santo Tomas de Villanueva de Ciudad Real porque creíamos que no cabía la gente. El frío en la plaza de Valdepeñas cuando la Vigilia empezó con una proyección en la fachada. Los nervios antes de la vigilia o cuando la luz saltaba momentos antes de empezar una actividad como pasó en Villarrubia, o con un foco que explotó en Tomelloso. Y todos los nervios y tensiones regados con la alegría del abrazo tras acabar y el cariño de mucha gente.
Un momento crucial fue el año pasado, cuando se decidió hacer la marcha
online. No queríamos que pasara un año sin marcha y nos volcamos en la preparación desde un piso. Creo que éramos conscientes de la importancia de no peder este encuentro.
Y, de manera renovada, volvemos este curso. Casi retomando el lema de este año de la marcha podemos decir que este regalo de la Marcha de Adviento se ha hecho esperar y, por fin, vuelve de manera presencial. Y regresa con ilusión renovada y con muchas ganas de llevar fe y esperanza. Esa fe y esperanza que siguen contagiando los jóvenes de nuestra diócesis.
Inscripción y horario
La Marcha de Adviento vuelve a celebrarse de manera presencial, aunque este año, a causa de las medidas de seguridad por la pandemia que aún permanecen, no se desarrollará durante dos días, sino solo con una jornada. Será el próximo 27 de noviembre, con el título Un regalo que espera, entre las localidades de Bolaños de Calatrava y Almagro. En esta última tendrá lugar la vigilia de oración.
En la actividad pueden participar jóvenes a partir de 14 años (los nacidos en el año 2007)
La
inscripción puede descargarse en
este enlace y ha de enviarse antes del 24 de noviembre.
La acogida será en el
castillo de doña Berenguela en Bolaños, a las 11:00 h. Habrá actividades toda la mañana y parte de la tarde. Cada participante deberá llevar su comida. Los autobuses y coches pueden aparcar junto al
pabellón Macarena Aguilar, situado en la Calle Correos.
A media tarde, el grupo saldrá en peregrinación hasta Almagro, donde se celebrará la vigilia de oración en la
iglesia de Madre de Dios. Se terminará en torno a las 22:00 h.