El pasado 30 de octubre fueron beatificados cuatro sacerdotes operarios en la catedral de Tortosa. Dos de ellos ejercieron su ministerio en el Seminario de Ciudad Real. En concreto, Francisco Cástor Sojo López fue administrador del Seminario y fue martirizado en nuestra diócesis, en Valverde, y enterrado años más tarde en el cementerio de Ciudad Real.
Además de este sacerdote, fueron beatificados Manuel Galcerá Videllet, Aquilino Pastor Cambero y Millán Garde Serrano, en una ceremonia que presidió Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Entre los concelebrantes se encontraba nuestro obispo, don Gerardo Melgar, que leyó la súplica para la beatificación de los mártires.
El Seminario aprovechó esos días para la convivencia. El mismo día de la beatificación visitaron Tarragona con la ayuda del sacerdote Josep Masdéu, que les guio por los principales lugares de la ciudad.
Al día siguiente, de nuevo en Tortosa, participaron en la misa de acción de gracias por la beatificación, también en la catedral. Ese mismo día se reunieron con otros seminaristas y tuvieron un encuentro con el obispo mexicano Jorge Carlos Patron Wong. Las actividades finalizaron con el encuentro en la Cripta de la Reparación y una conferencia del obispo y el rezo de vísperas.
Por último, el lunes pusieron rumbo a Castellón tras la celebración de la eucaristía en la Iglesia de la Reparación. En Castellón visitaron las Cuevas de San José, en Vall de Uxo.
Tal y como valoran los seminaristas, fueron unos «días de encuentro, comunión y verdadera dicha por lo que hemos celebrado, vivido y compartido, y por los que estamos profundamente agradecidos a Dios y a todas las personas que han hecho posible la realización de todo el proyecto propuesto con su esfuerzo y dedicación, lo que han permitido un crecimiento y enriquecimiento personal y comunitario importante», dicen.