El pasado domingo 12 de septiembre ingresaron en el Seminario Diocesano los ocho alumnos que realizarán este curso el año de Fundamentación.
Esta comunidad, que pertenece al Seminario Mayor, es el primer paso en el camino de la formación sacerdotal de los alumnos en nuestro Seminario de Ciudad Real. El pasado curso, al haber solo un alumno, no hubo comunidad, regresando este año con tres seminaristas provenientes del Seminario Menor, uno que hizo el pasado año el primer curso de Teología y cuatro jóvenes que han comenzado directamente en este curso desde carreras universitarias o desde el bachillerato.
El curso de Fundamentación
El curso de Fundamentación, llamado Introductorio o Propedéutico en otros seminarios, comenzó a ofrecerse en Ciudad Real en el curso 1990-1991, añadiendo un año más a la formación del Seminario Mayor para buscar la «fundamentación» de la relación con Dios y, por tanto, de la vocación. Es un curso en el que no se hacen estudios académicos, sino que los alumnos interiorizan la propia biografía, con actividades distintas a las de la formación universitaria y con el acompañamiento espiritual habitual en el Seminario. Se trata de discernir el camino vocacional, asentando bases sólidas para la vida espiritual y favoreciendo un mejor conocimiento propio.
Aunque en nuestro seminario se realiza este curso desde hace más de 30 años, esta etapa llamada propedéutica pasó a ser obligatoria para todos los seminarios del mundo tras la publicación del último plan de formación al sacerdocio, la Ratio fudamentalis institutionis sacerdotalis (2016), de la Congregación para el Clero, así como la Ratio nationalis (2020), titulada Formar Pastores Misioneros, que adecuó para España las directrices de la Santa Sede.