En este primer sábado del mes de julio de 2021, la Iglesia en Ciudad Real hemos vivido con gozo la ordenación de diáconos de tres jóvenes adultos de nuestro Seminario Diocesano: Abel Fuentes Pintado, Francisco José García-Casarrubios Poveda y Pablo Cornejo Martínez.
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A las 11:00 h. de la mañana, en la Catedral, presidida por nuestro obispo, Gerardo Melgar, daba comienzo la celebración de la eucaristía en la que tres jóvenes han sido ordenados diáconos.
Después de la proclamación del evangelio de san Juan en el que Jesús reconoce que «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos», el rector del seminario, Manuel Pérez, en la fórmula litúrgica establecida, ha pedido el obispo que ordene «diáconos a estos hermanos nuestros». Le ha preguntado si son dignos y ha reconocido el rector: «Según el parecer de quienes los presentan, después de consultar al pueblo cristiano, doy testimonio de que han sido considerados dignos».
El obispo, Gerardo Melgar, ha comenzando reconociendo que «hoy es un día importante para toda la diócesis» por la ordenación de tres diáconos, porque las personas, hombres y mujeres, que responden a Dios inician «una historia de amor de Dios con nosotros y por nosotros». Por eso, ha destacado el obispo diocesano que el sacramento del orden es «don y misión, es regalo y encargo. Para vosotros que por medio de la imposición de manos del obispo y de la oración consecratoria os capacitará para ser servidores del Evangelio y de los hermanos siguiendo las huellas y el modelo que encontraréis siempre en Cristo que no vino a ser servido sino a servir».
Ha continuado reconociendo que los frutos dependen del Señor «que camina a vuestro lado, incluso va delante iluminando vuestro camino con su luz para que veamos las piedras del camino, las dificultades, y no tropecemos en ellas. La obra no es nuestra, es del Señor». Por eso, la respuesta de todo consagrado al Señor, en las distintas vocaciones, debe ser: «desde la alegría, desde la entrega, la ilusión, el ardor pastoral porque si Él, el Señor, está con nosotros, nada ni nadie puede apartarnos del camino emprendido ni de la misión que Él nos ha confiado.
Al concluir la homilía, el obispo de nuestra diócesis, ha preguntado a los ordenandos sobre su disposición al servicio generoso al pueblo de Dios y a la entrega total, en cuerpo y alma, de toda su vida. Además de prometer el celibato y obediencia al obispo actual y a sus sucesores, toda la iglesia reunida ha rezado pidiendo que el Espíritu Santo derrame su bendición sobre ellos tres. Con la imposición de manos de Gerardo Melgar y con la oración que acompaña este gesto sacramental, han quedado ordenadores como diáconos al servicio de la Iglesia en Ciudad Real. El último momento de la liturgia sacramental ha sido la entrega del evangelio porque en la asamblea litúrgica un servicio propio de los diáconos es la proclamación del evangelio.
La celebración ha continuado con la liturgia eucarística.
Es un día de acción de gracias. En primer lugar, a ellos por ser generosos en la respuesta a Dios entregando toda su vida. También es un día de alegría para sus familias y para sus amigos. Un día de emoción, de gratitud y de generosidad.
Breve reseña biográfica de los ordenados
Pablo Cornejo Martínez tiene 27 años y es natural de Ciudad Real. Estudió dos años de Derecho e ingresó en el Seminario en 2013.
Durante su formación en el Seminario Diocesano ha realizado actividades pastorales en Retuerta del Bullaque, Navas de Estena, Villarta de san Juan, Cinco Casas, Herencia, Puerto Lápice, Argamasilla de Calatrava, Torralba de Calatrava, Daimiel y, este último año, en Argamasilla de Alba.
Además, ha participado en actividades de Cáritas y en la parroquia de San Pedro de Ciudad Real.
Abel Fuentes Pintado tiene 30 años y es natural de Campo de Criptana. Estudió Historia con un máster en investigación antes de ingresar en el Seminario en 2013.
Durante su formación ha realizado actividades pastorales en Porzuna, Las Peralosas, el Seminario Menor, Argamasilla de Calatrava, Herencia, Tomelloso, Almadén, Guadalmez, Alamillo, San Benito y, este año, en el Valle de Alcudia.
Además, hizo un voluntariado en Tierra Santa y ha colaborado con su parroquia de Campo de Criptana.
Francisco José García-Casarrubios Poveda tiene 32 años y es natural de Campo de Criptana. Antes de ingresar en el Seminario en 2013, estudió Filología Hispánica.
Ha realizado actividades pastorales en Carrión de Calatrava, Abenójar, Cabezarados, Navacerrada, Torralba, Malagón, Los Cortijos, Herencia, Puerto Lápice y Alcázar de San Juan (tanto en el hospital como en la cárcel). Este año está en Tomelloso.
Además, ha colaborado con Cáritas, con la Delegación de Juventud y con su parroquia de Campo de Criptana.
¿Qué es un diácono?
«Es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad competente, administrar solemnemente el Bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al Matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el Viático a los moribundos, leer la sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y la oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y de la sepultura. Dedicados a los oficios de la caridad y de la administración, recuerden los diáconos el aviso del bienaventurado Policarpo: “Compasivos, diligentes, actuando según la verdad del Señor, que se hizo servidor de todos» (Lumen gentium, 29).