Niños de toda la diócesis hablan de su experiencia en la Infancia Misionera, una jornada dedicada a ellos en la que los niños trabajan por las misiones y por los misioneros.
Carla, 10 años, de Puertollano
El 17 de enero se celebra este año el Día de la Infancia Misionera, muy especial para mí porque me recuerda que, a través de nosotros, los niños, podemos sembrar el amor al prójimo, la solidaridad y compartir el mensaje de Jesús con los demás. Yo, por medio de la catequesis para realizar la Primera Comunión y participando en las diferentes actividades que realiza mi parroquia he conseguido que gran parte de mi familia se acerque un poquito más a Jesús porque ven en mí la felicidad e ilusión que tengo.
Alex, 9 años, Herencia
La Infancia Misionera es una jornada de la Iglesia que nos acerca a reconocer a los niños de otros países. Sobre todo, de los países más pobres. Todos los meses recibimos una revista que se llama Gesto que nos ayuda a conocer la vida de los misioneros e historias muy bonitas.Antes de la epidemia nos juntábamos los chicos de catequesis para tener un día de convivencia y conocernos todos los que tenemos un corazón misionero. Es muy importante que nosotros crezcamos con un corazón abierto para ayudar a otros niños más necesitados. La Infancia Misionera nos recuerda este compromiso y nos hace más solidarios con otros niños.
Claudia, 10 años, de Tomelloso
Para mí la infancia misionera es querer ser como Jesús. Los años que he participado con mi parroquia he aprendido que, cuando los niños nos juntamos, hacemos cosas increíbles. Nos ayudamos a cruzar murallas que nos impiden crecer, nos refugiamos y nos damos protección, colaboramos juntos para conseguir objetivos, compartimos lo que tenemos, bailamos y nos divertimos, pero... sobre todo, sabemos que si todos queremos tener un corazón como el que tenía Jesús, si todos tenemos fe y confianza en Dios, si todos rezamos con todas nuestras fuerzas... muchas cosas malas que hoy impiden a muchos niños tener oportunidades desparecerán. No estamos solos y en el mundo entramos todos.
Javier, 9 años, Villarrubia de los Ojos
Hola a todos. Tengo 9 años y estudio en el Colegio Santa Rosa de Villarrubia de los Ojos. Para mí, la Infancia Misionera son esos días en los que recordamos en el colegio y en catequesis a todos los misioneros que están en otros países ayudando a los niños más necesitados. Vemos vídeos del trabajo que hacen, aportamos ideas, les ayudamos con nuestros ahorros y participamos en la convivencia que se hace todos los años en nuestra diócesis. Con todo esto, aprendemos que Jesús quiere que todos los niños ayudemos y seamos solidarios con las personas más pobres, para enseñarles que todos pertenecemos a la misma Iglesia.
Irene, 12 años, Moral de Calatrava
Desde el colegio, la catequesis y en las eucaristías todos los años nos han hablado sobre la Infancia misionera. Siempre tengo marcado en el corazón una jornada destinada especialmente para los niños. A lo largo del año se habla de las misiones, pero la Infancia misionera es una invitación directa a los niños para que nosotros también seamos misioneros.
Además, quiero recordar el encuentro que se celebra cada año en diferentes pueblos de la Infancia misionera y que he participado tres veces. En este día, las actividades nos enseñan a ser misioneros y a intentar crear un grupo de misiones en la parroquia.
Jorge, 10 años, Chillón
La infancia misionera es saber que hay muchísimos niños y niñas en el mundo que no tienen las mismas oportunidades y cosas como yo. Mi amor a Jesucristo me obliga a transmitir a todos amor, alegría y ayudar a los que más lo necesitan, pensando en aquellos niños que lo están pasando muy mal para que sean más felices y puedan estudiar, tener juguetes... y puedan vivir mejor. Por eso les ayudo con algunos de mis ahorros para que sean más felices y así yo me comporto como un niño misionero y amigo de Jesús.
Jorge, 10 años, Porzuna
Para mí, la Infancia Misionera (que antes se llamaba la Santa Infancia) es que los niños ayudan a los niños sin grandes lujos. El deseo de los niños es llevar a Jesús a los demás. La Infancia Misionera es el comienzo de un gran corazón ya que se hacen solidarios con las personas y desarrollan valores. El día de la Infancia Misionera se celebra el cuarto domingo de enero. Yo pienso que todos debemos ser mejores, más solidarios y con más ganas de ayudar. Me gustaría que todos los niños sean más amables y humildes y menos egoístas.
Luisa, 11 años, Manzanares
Para mí, el Día de la Infancia Misionera es la esperanza y oportunidad para agradecer a Dios todo lo que Él nos regala. En nuestra diócesis, he tenido la suerte de asistir a dos encuentros organizados por la Delegación de Misiones y eso me ha ayudado a ser mejor persona, tomando conciencia de que todos podemos dar testimonio de nuestra fe, rezando por los misioneros que atienden a niños como yo en países muy lejanos y compartiendo en la medida de lo posible, nuestros pequeños ahorros con los que no tienen medios, ni una vida tan cómoda y segura como la nuestra.
Matías, 10 años, Porzuna
La Infancia Misionera se celebra el cuarto domingo de enero, desde hace 40 años. Los niños nos convertimos en misioneros, ayudando con nuestra pequeña aportación a los niños de los países más pobres. Cada año cogemos nuestras huchas de la infancia misionera y recogemos los donativos de nuestros familiares, vecinos y los nuestros. Todo lo recogido sirve para hacer proyectos como hacer un pozo, un colegio, un centro de salud... en los lugares más necesitados. Me encanta leer la revista Gesto con mi madre, ella también la leía cuando era pequeña y llevaba la hucha. Me gusta ser misionero y compartir.
Yolanda, 12 años, Ciudad Real
La Infancia Misionera es una obra del Papa. Consiste en la ayuda que nos damos entre todos los niños, y así nos convertimos en los protagonistas de la evangelización. Se trata de realizar acciones para educarnos en la fe, que nos motivan a ser mejores cristianos. Nosotros podemos realizar obras benéficas, como dar un poquito de dinero a la Iglesia; pero también debemos poner nuestro granito de arena, ayudando a nuestros padres en las tareas de la casa; llevándonos bien con nuestros compañeros, ayudándoles en lo que necesiten de nosotros y portándonos bien con ellos. De esta manera seremos más amigos de Jesús.
Miguel Antonio, 9 años, Villahermosa
Para mí, la Infancia Misionera, es convivir con otros niños de nuestra diócesis, y aprender a ayudar a niños de otros países, con los testimonios y actividades realizadas en distintos talleres, gracias a la ayuda de misioneros. Ellos nos enseñan a entender sus situaciones y aprender un poquito más sobre cómo es su vida, día a día. Con esto podemos aprender a ayudar a estos niños, y las situaciones y necesidades con las que conviven. Gracias a la Infancia Misionera comprendemos lo difícil que es su vida y lo afortunados que somos con la vida que tenemos.