El 11 de enero se celebró la profesión religiosa de diez novicios pasionistas del noviciado de Daimiel, que estuvieron acompañados por familiares, compañeros y amigos.
La celebración, que tuvo lugar en la parroquia de Santa María de Daimiel, se llenó de familiares y fieles que llenaron el templo para uno de los momentos de más importancia en el itinerario formativo de los religiosos de la Congregación de la Pasión. La misa la presidió el superior provincial de la orden, el padre José María Sáez, CP; acompañado por otros religiosos pasionistas, el delegado diocesano de Vida Consagrada, Vicente Díaz-Pintado y sacerdotes de Daimiel.
Novicio a novicio, todos fueron pronunciando la fórmula individual de profesión de la consagración, aceptando la pobreza, la castidad y la obediencia como modo de vida. Además, a cada uno de ellos se les entregaron de las reglas de la Congregación de la Pasión, del escudo de la orden y del crucifijo como ejemplo de amor y modo de vida. Hasta la profesión perpetua, los novicios continuarán con su formación teológica y espiritual en el noviciado de Daimiel.