La casa de los Pasionistas de Daimiel es la casa de sus 26 mártires, los que entregaron su vida en la persecución religiosa de los años 30 y fueron beatificados por el papa Juan Pablo II en 1989. Hoy es casa de espiritualidad y noviciado. En total, 11 pasionistas: siete sacerdotes y cuatro novicios.
El padre pasionista José Manuel Pindado, maestro de novicios, explica que los novicios se están preparando para conocer mejor la congregación, para ser hombres nuevos, «llevando una vida de oración, de trabajo, de servicio y de formación».
Tres de estos cuatro novicios proceden de Honduras, y uno de Colombia, y estarán en Daimiel durante un año, concluyendo el próximo enero con «la profesión, en un acto en el que quedan hechos religiosos pasionistas». Después, viene el sacerdocio, con un proceso de formación de siete años, aunque algunos pueden ser hermanos pasionistas no sacerdotes.
Actualmente, hay en torno a 2000 pasionistas por todos los continentes, según explica el padre Pintado, en «países como Corea del Sur, Borneo, Tailandia o Vietnam, donde ahora hay muchas vocaciones pasionistas». La casa de Daimiel es el noviciado de una provincia de la orden, existiendo también noviciados en otros países como Italia.
La casa en nuestra Diócesis se encuentra a las afueras de Daimiel y, además de noviciado, es una casa de espiritualidad. El padre Pindado explica que «aquí están las reliquias de nuestros mártires, que fueron 26; y es un lugar de oración, de reconciliación, con actos para enseñar a meditar la pasión de Cristo. Además, cada tercer sábado de mes celebran un retiro para todos los seglares que lo desean». La espiritualidad de los pasionistas es «la contemplación de la pasión de Cristo y el mensaje de la pasión».