La «Parroquia de verano» de Socuéllamos es una iniciativa de las parroquias de la localidad con la que se hacen actividades especiales para los niños y jóvenes del pueblo, preparadas por los propios jóvenes y que acaban implicando a toda la familia. Se celebró a mediados de julio, con la participación de 70 niños, 36 adolescentes y 8 jóvenes.
El tema fue la «actividad misionera de la Iglesia», por lo que todo comenzó con una gran representación del Descubrimiento de América. A través del teatro, explicaron el viaje de Colón, la información de los Reyes Católicos al papa Alejandro VI y el mandato de este para que se anunciara el mensaje de Cristo en el Nuevo Mundo. El personaje del Papa fue quien envió a cada niño, como misionero, por todos los continentes.
Al tratarse de una actividad educativa, cada grupo de niños tuvo que aprender sobre el continente asignado y sobre la historia de la evangelización en esa tierra. Por ejemplo, en Asia, conocieron a san Francisco Javier; en América a fray Junípero Serra y así con el resto de continentes.
Continuando con la misma dinámica de conocimiento de continentes y misioneros, el grupo recibió la visita de una misionera natural de Almadén, Mari Carmen Avilero Nieto, que explicó a los niños su labor misionera en Benim, África. Otro día visitaron un lugar renacentista, Villanueva de los Infantes, donde aprendieron sobre la labor de un misionero europeo en Europa: santo Tomás de Villanueva. En este viaje, además, visitaron el lugar donde nació, Fuenllana, y el pueblo cercano de Villahermosa, donde celebraron la misa.
Ya en Socuéllamos, y con la ayuda de la televisión local, otra de las actividades fue grabar un programa de televisión para explicar todo lo que habían aprendido sobre cada continente y cada historia de evangelización. Además, uno de los días fueron a la residencia de ancianos, donde los niños alegraron a los residentes la jornada con cantos, bailes y volviendo a explicar, ahora a los ancianos, lo que estaban aprendiendo sobre las misiones.
Con la ayuda de la delegación de Misiones de la diócesis, que puso a su alcance productos, una jornada se dedicó a un «Mercadillo del Nuevo Mundo», donde se vendieron algunos detalles misioneros y los productos que los mismos niños fabricaron en los talleres de la actividad, como rosarios misioneros y chapas.
El último día celebraron de nuevo la eucaristía, con la compañía de muchas familias. Después, volvieron a representar el Descubrimiento de América, ahora a sus propios padres, explicando además todo lo que habían hecho durante los días de la Parroquia de verano.
El sacerdote encargado de esta actividad, Rafael Ruiz Mateos, explicó que «este año se ha reforzado la oración, que ha sido al estilo de Taizé, algo que gustó mucho a los niños por todas las velas y simbología que se utilizó».