El Seminario Diocesano acogió el pasado viernes 10 de mayo la celebración del patrón del clero secular español, el almodoveño san Juan de Ávila.
Como cada año, el obispo presidió la eucaristía, con una homilía llena del recuerdo de la llamada del Señor a cada uno de los sacerdotes. Monseñor Gerardo Melgar subrayó la centralidad de Cristo en la vida y enseñanza del Doctor de la Iglesia, que sigue hoy siendo un ejemplo de espiritualidad sacerdotal honda: la centralidad de Cristo debe ser «el centro de la vida y ministerio de todo sacerdote». Del mismo modo, el obispo recordó a los presbíteros que, a pesar de todos los problemas que puedan vivir, el crucificado y resucitado es respuesta vencedora a toda entrega. Habló sobre los temores y dificultades, que «nunca pueden dejarnos paralizados y resignados a que las cosas son como son […]. Tenemos que sentirnos impulsados a superarlas». En la misma línea, invitó a todos a ser unos apasionados del Evangelio, «personas apasionadas que anuncian a Cristo con ocasión y sin ella, que hablan de Cristo como la persona más querida, como quien da sentido a toda su vida y a toda su existencia. Él es la razón de nuestro vivir y de nuestro obrar».
«Estamos con tanta ilusión y entusiasmo como el día que nos ordenamos, han sido unos días de mucha vida, de vida sacerdotal»
La misa en el día de san Juan de Ávila es una acción de gracias por la entrega de todos los sacerdotes, y en especial por los que cumplen 25 y 50 años de sacerdocio. En esta ocasión, siete sacerdotes celebran sus «bodas de oro»: Julio Donoso Rodríguez, Jerónimo Fernández de Sevilla García, Luis Gallego Villena, Pedro Lozano Arias, Isidro Martín-Nieto López, Leandro López Ayuso y Vicente Elola Escolano. Al finalizar la eucaristía, López Ayuso, en nombre de todos, agradeció al presbiterio su oración, explicando lo bonito que ha sido preparar todos juntos una acción de gracias por tantos años de sacerdocio: «Estamos con tanta ilusión y entusiasmo como el día que nos ordenamos, han sido unos días de mucha vida, de vida sacerdotal». Mirando hacia atrás a su sacerdocio, afirmó que «merece la pena, a pesar de los disgustos, problemas y pecados, ser sacerdote».
Sacerdotes que celebran sus bodas de oro sacerdotales
- Julio Donoso Rodríguez. Nació en 1942 en Ballesteros de Calatrava y fue ordenado sacerdote en 1969 en la Catedral de Ciudad Real. Actualmente está jubilado en Tomelloso.
- Jerónimo Fernández de Sevilla García. Nació en Villanueva de los Infantes en 1944 y se ordenó sacerdote en la Catedral en 1969. Actualmente es vicario parroquial de San Andrés, apóstol, en su pueblo natal.
- Luis Gallego Villena. Nació en 1943 en Villahermosa y se ordenó sacerdote en la Catedral de Ciudad Real en 1969. Actualmente es párroco de La Asunción de Ntra. Sra. de Manzanares.
- Pedro Lozano Arias. Nació en Valdepeñas en 1944 y fue ordenado sacerdote en 1969 en la Catedral de Ciudad Real. Actualmente jubilado reside en la Residencia de Mayores de Miguelturra.
- Isidro Martín-Nieto López. Nació en Fuente el Fresno en 1939 y se ordenó sacerdote en 1969 también en la Catedral. Actualmente está jubilado en su pueblo natal.
- Leandro López Ayuso. Nació en Torrenueva en 1946 y se ordenó sacerdote en 1969 en la capilla del Seminario Diocesano de Ciudad Real. Actualmente es párroco de Santa María Magdalena en Valdepeñas.
- Vicente Elola Escolano. Nació en Valdepeñas en 1941 y se ordenó sacerdote en la parroquia de La Asunción de Ntra. Sra. de Valdepeñas en 1969. Actualmente es capellán en la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Valdepeñas.