El pasado domingo 24 de marzo el obispo, monseñor Gerardo Melgar, presidió el Rito de Admisión de tres estudiantes de nuestro Seminario Diocesano.
En la capilla mayor del Seminario, que se llenó de familiares y amigos, se celebró la misa, concelebrada por varios sacerdotes. Durante la celebración, se cuestionó a los seminaristas sobre su deseo de continuar preparándose para la ordenación sacerdotal, haciendo pública su intención y su propia vocación ante la comunidad.
En este vídeo tienes un resumen de la celebración
Monseñor Melgar comenzó la homilía explicando la relación vocacional que tienen con Dios: «El Señor os ha mirado con cariño, os ha llamado a seguirle y vosotros habéis ido dando esos pequeños pasos siguiendo la dirección que el Señor os señalaba». Remontándose al momento en el que nació su vocación, el obispo se refirió a la pregunta primera que sintieron los seminaristas: «La historia comenzó con una pregunta: ¿Cuál será el camino por el que Dios me está llamando? ¿Qué querrá Dios de mí? ¿Cuál es el proyecto que Dios tendrá sobre mi persona y sobre mi vida?» En este momento del rito, las respuestas a estas preguntas ganan claridad, de manera que la Iglesia considera ya, explicó don Gerardo, que los tres son «maduros, capaces, con cualidades y con posibilidades de ser un día sacerdotes».
«Vais a necesitar también de la oración de todos nosotros para que Dios, que fue quien comenzó en vosotros la obra buena»
Después, el obispo explicó en este «último tramo» hacia el sacerdocio, van a seguir necesitando la ayuda de formadores, de familiares, y de la propia oración, «intensificando la formación» sabiendo que el Señor está detrás de todo: «Vais a necesitar también de la oración de todos nosotros para que Dios, que fue quien comenzó en vosotros la obra buena, que os hizo sentir esa llamada primera y que os ha acompañado en el itinerario persona y vocacional y de discernimiento que habéis hecho cada uno, que os ha ayudado a ir respondiendo con generosidad a cada momento y que él mismo sea el que lleve la obra a término, que él os ayude a sentir su gracia, su apoyo continuo y os siga ayudando a dar vuestro sí definitivo».
«Es un día de alegría para todos vosotros y para todos nosotros, para vuestras familias que, con ilusión, han seguido cada día y cada momento el desarrollo de vuestra vocación y la respuesta generosa que habéis ido dando. Es un día de felicidad para toda la comunidad del Seminario que os ha acompañado momento a momento y paso a paso en este camino y que hoy se alegra con vosotros. Y es un día de alegría para toda la Iglesia y para toda la diócesis».
Para finalizar la homilía, en la que habló directamente a los tres seminaristas, explicó que el rito era de gran importancia para la diócesis de Ciudad Real, «un día de alegría para todos vosotros y para todos nosotros, para vuestras familias que, con ilusión, han seguido cada día y cada momento el desarrollo de vuestra vocación y la respuesta generosa que habéis ido dando. Es un día de felicidad para toda la comunidad del Seminario que os ha acompañado momento a momento y paso a paso en este camino y que hoy se alegra con vosotros. Y es un día de alegría para toda la Iglesia y para toda la diócesis». Concluyó hablando de la esperanza vocacional, puesto que el paso que dieron los seminaristas es la respuesta a las oraciones de la Iglesia, a la petición de que «no falten nunca en ella ministros que ayuden a los demás a encontrarse con Él y a llevar un estilo de acuerdo con la vida y de acuerdo con el ejemplo de Jesús».
Después de la homilía, se llamó a los seminaristas, que fueron cuestionados por el obispo sobre su intención de ser ordenados sacerdotes. Se trata del primer paso público, ante la comunidad eclesial, que dan estos tres seminaristas.
Pascual, Ángel y Martín
Ángel García Moreno es natural de Tomelloso y tiene 44 años. Es el octavo de diez hermanos de una familia de ganaderos y agricultores e inició los estudios de Matemáticas. Entró al Seminario en el curso de Fundamentación.
Martín Tébar Hernando es de Manzanares, tiene 23 años e ingresó al Seminario en 2015, tras cursar estudios superiores de Informática.
Pascual García Martínez tiene 21 años, es de Villahermosa e ingresó en el Seminario en 1.º de ESO.