Almodóvar del Campo tiene la suerte de ser la cuna de dos santos, tanto del doctor de la Iglesia, san Juan de Ávila; como de san Juan Bautista de la Concepción.
Si el primero reformó la formación de los sacerdotes y gran parte de la vida de muchos cristianos de su tiempo; el segundo, san Juan Bautista de la Concepción, reformó la orden trinitaria fundada por san Juan de Mata.
El pasado 10 de julio, cuando se cumplían 455 años del nacimiento de san Juan Bautista de la Concepción, los vecinos de Almodóvar le dedicaron un homenaje con la bendición de una placa que recuerda uno de los lugares históricos del santo, conservado de generación en generación en la memoria de los vecinos. La tradición dice que una piedra que se conserva y asoma por el acerado era un lugar habitual de juegos del santo en su infancia. Está situada en la misma calle donde nació el santo, que hoy lleva su nombre, y donde se mantiene una capilla donde se guarda y venera la imagen del santo.
Durante más de cuatro siglos, se ha mantenido vivo el hecho de que, este santo, cuando era niño, se sentaba sobre esta piedra para jugar, por lo que se ha instalado una placa que lo recuerda y que fue bendecida por el padre trinitario Manuel García López. La hermana mayor de la Cofradía de los Santos, Isabel Fernández del Río, explicó que la placa responde a «una demanda vecinal planteada desde hace mucho tiempo», y que se ha hecho realidad gracias a la implicación del ayuntamiento. Por su parte, el religioso trinitario indicó que «hoy, San Juan Bautista de la Concepción, nos invita a recordar nuestra pequeñez, que ante los ojos de Dios todos somos iguales y estamos llamados también a ser esa piedra fuerte en el amor, en el perdón y a la esperanza en medio de este mundo».
Tras la bendición de la placa, se celebró una Eucaristía en la capilla del santo, construida sobre la casa en la que nació, y que presidió el sacerdote trinitario Manuel García López.