El 6 de octubre se celebraron en el patio natal de la casa de san Juan de Ávila en Almodóvar del Campo las III Jornadas Avilistas. Se trata de una iniciativa de la Hermandad de los Santos de la localidad que se acerca a la figura intelectual y religiosa de san Juan de Ávila siempre en torno al aniversario de su doctorado.
La presidente de la Hermandad, Isabel Fernández, explicó que el objetivo de las jornadas es «dar a conocer la vida, la obra y la espiritualidad del maestro Juan de Ávila» para lo que esta edición ofrecieron la ponencia de María Dolores Rincón González, vicerrectora de Proyección de la Cultura y Deportes de la Universidad de Jaén (UJA), y experta en el santo, su obra y su época.
Por su parte, la ponente explicó que la pretensión de la conferencia es «dar a conocer las partes de san Juan de Ávila que son menos conocidas». Por otro lado, se refirió a la novedad de san Juan de Ávila por el trato a la mujer, sobre todo porque «la considera como el hombre, con capacidad de hacer oración mental, de acercarse a la Escritura y con capacidad para tener un desarrollo pleno espiritualmente hablando […] La lleva a un espacio de libertad en un ámbito que contrarrestra con los ámbitos cotidianos que la tenían sometida a una serie de reglas que la encerraban».
La profesora resaltó que acercase a san Juan de Ávila toca el corazón. En su propia experiencia, ella se acercó al Doctor de la Iglesia «como campo de investigación desde los estudios del humanismo renacentista y descubrí a un personaje que me ha ido calando profundamente. La visión que tenía era el escritor espiritual, el patrono del clero, el santo estudiado por el clero; pero he descubierto algo importante, me ha parecido muy próximo, me ha abierto muchos horizontes y me siento discípula de san Juan de Ávila».
El párroco de Almodóvar, Juan Carlos Torres, que dirige además el proyecto Vocatio, dirigido a difundir la figura del santo manchego centrándose en su experiencia vocacional, explicó que cada año se ve una faceta del Doctor, y en esta ocasión se han querido fijar en el aspecto de san Juan de Ávila como discernidor de espíritus.