Entre el trece y el veintidós de agosto tuvo lugar una nueva experiencia de la Pastoral de Juventud en Tomelloso, con un campo de trabajo que acercó a jóvenes a realidades sociales difíciles por medio del voluntariado.
De este modo, cinco jóvenes de entre dieciocho y veintiséis años, de Valdepeñas, Miguelturra y Tomelloso, junto a tres voluntarios, fueron voluntarios de la campaña de temporeros con Cáritas y de la pastoral penitenciaria en el centro de Herrera de La Mancha.
Durante diez días, los jóvenes comenzaron su jornada rezando y programando, trabajando en las dos realidades y dejando un espacio a la revisión comunitaria de su labor. Esto último, lo hacían cada día a la luz de la parábola del Buen Samaritano y con la metodología del «ver, juzgar y actuar». Tras la eucaristía y la cena, el último momento del día fue siempre el examen de la jornada, para ver la acción de Dios en un trabajo que se acercó a realidades muy duras.
La idea del campo de trabajo con jóvenes surgió a través de una comisión de la Delegación de Juventud, que piensa acciones en torno a los jóvenes y a la Doctrina Social de la Iglesia, y responde a peticiones e inquietudes de los propios grupos parroquiales. En este caso, se han pretendido cumplir tres objetivos: que los jóvenes conozcan la realidad social de la diócesis; que se formen y entiendan bajo qué principios actúa la Iglesia en cuanto a la cuestión social y proponer un estilo de vida cristiano, ayudando a encontrar la vocación desde la ayuda a los más débiles.