La Semana Vocacional del Seminario Diocesano comenzó ayer con dos actos ecuménicos y un encuentro con jóvenes.
Como primer acto, todo el Seminario se reunió para la oración de vísperas según el rito de la Iglesia ortodoxa. El Pr. Dorin Catalin Sas, de la parroquia ortodoxa del Valdemoro, presidió la celebración en la que se rezó con varios salmos y peticiones de intercesión a los santos. Como en la oración de vísperas de rito romano católico, la oración y alabanza a la Trinidad es continua durante toda la plegaria.
Al término, los dos iconos bizantinos que se expusieron durante la oración se trasladaron al claustro, para la inauguración de la exposición que podrá visitarse durante toda la semana. En primer lugar, intervino el rector del Seminario, Manuel Pérez Tendero, que presentó a los religiosos de la Iglesia Ortodoxa pidiendo a todos rezar por la vocación, puesto que «el mayor regalo que tenemos son las personas consagradas», dijo. Además, agradeció la presencia de Doina Boblea, cónsul de Rumanía en Ciudad Real, que participó también en la oración.
Por su parte, el padre Dorin explicó que la exposición itinerante de iconos llega a Ciudad Real con la bendición de monseñor Timoteo, obispo ortodoxo rumano de España y Portugal; y de monseñor Gerardo Melgar Viciosa, obispo de Ciudad Real. Dijo que pretende ser «un punto de encuentro entre católicos y ortodoxos, y mostrar el gran tesoro espiritual de la Iglesia Oriental, particularmente en el interesantísimo y bello arte de la iconografía».
En la inauguración estuvo presente el delegado de Ecumenismo de nuestra Diócesis, el sacerdote Amadeo Puebla, que pidió la oración para que «el Señor nos encuentre unidos», alabándole.
Encuentro con jóvenes
El último acto del día tuvo como protagonistas a los jóvenes. Tras la cena en el Seminario se reunieron con el Seminario Mayor para dialogar sobre el sacerdocio.
Con una buena participación, los jóvenes, muchos de ellos universitarios, no solo hicieron preguntas a los seminaristas, sino que explicaron qué esperan de la figura sacerdotal, especialmente a la hora de evangelizar y acompañar. Una de las preguntas que se hicieron, sobre la pastoral vocacional, fue si existe un «problema» específico de los sacerdotes, o es más bien de toda la Iglesia, de todas las vocaciones. Con este encuentro, tanto los seminaristas como los otros jóvenes, pudieron compartir su visión sobre el sacerdocio, sus esperanzas y propuestas para mejorar la pastoral. En resumen, una reunión de la que surgen interrogantes para la reflexión de todos los participantes.
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