El pasado 23 de febrero comenzaron los actos para conmemorar los 400 años de la beatificación de santo Tomás de Villanueva.
Por este motivo, se celebró una eucaristía en la parroquia de San Andrés de Villanueva de los Infantes, el pueblo en el que el santo creció.
El obispo llevó las reliquias del santo en procesión por las calles del pueblo, entrando en el templo de San Andrés para la misa, que acompañó con los cantos la Escolanía de El Escorial.
El obispo explicó la importancia universal que tuvo la beatificación de santo Tomás de Villanueva, que «reconoció oficialmente todo el bien que hizo a tanta gente de su tiempo». De su labor, el obispo destacó «la preocupación por los sacerdotes, el amor a los pobres y la evangelización de los hombres y mujeres de su tiempo».
Sobre la preocupación por los sacerdotes, monseñor Melgar subrayó que Tomás de Villanueva estaba «convencido de la gran misión que tenían los mismos en la tarea evangelizadora», para lo que invirtió en su formación.
Por otro lado, a los pobres dedicó santo Tomás sus mejores energías, convirtiéndose en un modelo que comprendía la limosna como «dar al pobre lo que en justicia es suyo». De este modo imitó a Cristo, también para santo Tomás «los marginados y necesitados fueron los más importantes».
El último rasgo que explicó monseñor Melgar fue la gran preocupación por la evangelización de los hombres y mujeres de su tiempo: «Llevó el mensaje del Señor al corazón de los fieles y a los fieles los acercó al corazón y al amor de Dios».
El obispo concluyó sus palabras invitando a todos a dar gracias por el modelo de vida que propone santo Tomás, «por su estilo de vida y las actitudes más importantes que él vivió, y que tienen hoy para nosotros la misma actualidad que tuvieron para él».
Al terminar la eucaristía, la Escolanía de El Escorial, que tiene entre sus miembros a dos jóvenes de Villanueva de los Infantes, ofreció un pequeño concierto, y al día siguiente se presentó la obra editada por la parroquia de San Andrés: Vida de santo Tomás de Villanueva, cuyo autor es el infanteño y agustino Francisco Javier Campos.