El pasado 22 de enero, el obispo, monseñor Gerardo Melgar, presidió la eucaristía en Miguelturra por el inicio del jubileo de la Orden Mercedaria, que cumple este año 800 años de historia.
La celebración por el jubileo comenzó en el Colegio Ntra. Sra. de La Merced, desde donde se salió en procesión para la apertura de la puerta jubilar en el templo de la Virgen de la Estrella, del monasterio de la comunidad mercedaria. En esta iglesia se celebró la misa, en la que Monseñor Gerardo Melgar explicó cómo el jubileo nos ofrece la oportunidad de «tomar conciencia y cultivar en nosotros aquellas virtudes que la Orden Mercedaria ha vivido de manera realmente extraordinaria durante todo este tiempo».
Monseñor Melgar explicó la historia de los mercedarios, subrayando tres enseñanzas que nos da la Orden de la Meced: el amor a la Virgen como «modelo de persona libre, que libremente responde a Dios»; la tarea en la pastoral penitenciaria y, por último, el «celo evangelizador que ardía dentro de ellos [por los mercedarios] y que les lleva a entregar su vida para que los que no conocen a Cristo lo conozcan, se conviertan y se salven». Con estas tres enseñanzas de la Orden Mercedaria, concluyó sus palabras animando a vivir así el año jubilar.
La Orden de la Merced
La Orden de la Merced comenzó a caminar en 1218, cuando Pedro Nolasco, su fundador, comenzó la redención de cautivos cristianos entre los musulmanes. Por este motivo, este año la Iglesia celebra los ochocientos años de una orden que busca acabar con todas las formas de cautividad.
En nuestra diócesis hay mercedarios en Herencia, con una comunidad masculina y otra femenina; y en Miguelturra, donde hay un monasterio de Mercedarias Calzadas, lugar en el que el obispo presidió la eucaristía el 22 de enero.