Este domingo 14 de enero celebramos la CIV Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, este año con el lema: «Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados».
Un lema con cuatro verbos que nos llaman a la actividad hacia aquellos que salen de sus países buscando mejores oportunidades y, en muchas ocasiones, huyendo de guerras y persecuciones.
El lema es el título del mensaje del Papa para la jornada, en el que reflexiona sobre la situación de los migrantes señalando pautas pastorales y sociales para la atención.
El papa Francisco recuerda en su mensaje, antes de desarrollar los verbos del título, que «los líderes mundiales han expresado claramente su voluntad de trabajar a favor de los emigrantes y refugiados para salvar sus vidas y proteger sus derechos, compartiendo esta responsabilidad a nivel global. A tal fin, los Estados se comprometieron a elaborar y aprobar antes de finales de 2018 dos pactos globales (Global Compacts), uno dedicado a los refugiados y otro a los emigrantes».
Después, el Papa recuerda la tradición de acogida de la Iglesia, que la integra en el compromiso de los Estados, imprescindible para «obtener los resultados esperados».
Por esto, el papa Francisco pide a toda la Iglesia «aprovechar cualquier oportunidad para compartir este mensaje con todos los agentes políticos y sociales que están implicados —o interesados en participar— en el proceso que conducirá a la aprobación de los dos pactos globales».
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