Es el patrón de nuestra Diócesis. Y su casa solariega, donde vivió su familia, está en Villanueva de los Infantes, aunque él nació en Fuenllana, en 1488.
Hombre de amplia cultura, ingresó como religioso en los Ermitaños de San Agustín. FUe Prior, Superior Provincial y Comisario para la reforma de conventos.
En una ocasión en que el Emperador fue a verlo, el santo preparaba un sermón. Y, en lugar de recibirlo, le mandó decir: «Que decida el César si quiere que baje a verlo y no predico o prefiere que predique y, entonces, no puedo bajar».
Fue un gran reformador como Arzobispo de Valencia. Promovió la idea de un Concilio. Se niega a asistir al de Trento, por no abandonar su diócesis, que varios de sus predecesores casi ni habían pisado. Funda el Colegio de la Presentación (aún existe) para la formación de futuros sacerdotes...
A pesar de disponer de cuantiosas rentas (era Valencia el Obispado más rico de España), vivió y murió en la más extrema pobreza. Hasta la cama en que murió (1555) era prestada por un mendigo al que, poco antes, se la había dado el santo.