Muchas parroquias de nuestra diócesis están protegidas bajo el patronazgo de la advocación de la Asunción de la Virgen María a los cielos. El 15 de agosto es un día glorioso en el que celebramos que Dios cumple sus promesas; que la Virgen María, la primera persona completa y solo humana, ha sido asunta a los cielos y goza, desde el primer momento de su muerte de la resurrección: de la vida eterna, plena y feliz, por Cristo, en Dios Padre. Pero, además, la Virgen María es intercesora nuestra: está constantemente presentándole a Dios peticiones por nuestras necesidades, las de todos sus hijos.
Por eso, la parroquia de la Asunción de Ntra. Sra., de Manzanares, en torno al día de su patrona, realizó una vigilia de oración para pedir insistentemente por las vocaciones sacerdotales, también por nuestro seminario. En la reflexión realizada por el párroco, Luis Gallego, destacó la importancia de las madres de los sacerdotes y encomendó, especialmente, a todos los sacerdotes y a los que se preparan para serlo a la amorosa protección de santa María, virgen.