Este sábado, 29 de julio, Francis Chapelet ofrecerá un concierto en el órgano histórico de Torre de Juan abad, enmarcado dentro del XVI Ciclo Internacional de Conciertos de la localidad.
El ciclo es una de las citas culturales más interesantes de la provincia, siempre con organistas de renombre y utilizando un órgano único por su tiempo y características.
Dentro del ciclo, uno de los conciertos más interesantes será el que ofrecerá Francis Chapelet el próximo sábado, a las 21,00 horas, además de acompañar con la música del órgano la Eucaristía previa.
Desde hace algunos años, Francis Chapelet, por propia decisión, está fuera de los grandes circuitos de conciertos y sólo toca seleccionando muy bien los lugares en donde ofrecerlos. Fiel a su cita anual con el Ciclo Internacional de Conciertos en el Órgano Histórico de Torre de Juan Abad, Chapelet volverá a la parroquia de Ntra. Sra. de los Olmos.
Desde 1964 hasta 1984, Chapelet fue el titular del Órgano de San Severín de París, considerado entonces como el mejor órgano de París. Durante veinte años, fue profesor de Órgano e improvisación del Conservatorio Nacional de Burdeos. Fue a la vez miembro de la Comisión del Ministerio de Cultura Francés para la construcción de órganos nuevos, así como para la restauración de los órganos clasificados «monumentos históricos», cargos que ha dejado para dedicarse con más tiempo a su nueva pasión: la restauración y construcción de órganos en Bolivia, colaborando con organeros bolivianos y extranjeros.
Es miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y posee numerosas grabaciones, algunas de ellas en el órgano de Torre de Juan Abad. Como concertista internacional ha recorrido la mayor parte de Europa, y América Latina. Chapelet es la figura más relevante del órgano europeo en los últimos 50 años. Organista honorario de San Severin, de Paris, de San Giovanni de Fiorentini, en Roma y del Órgano Histórico de Torre de Juan Abad.
Su último proyecto, el Auditorio-Taller Francis Chapelet, Centro del Órgano en Abarca de Campos (Palencia), supone un nuevo impulso al fomento, la divulgación y el estudio del órgano ibérico, cuyo resurgimiento no se podría entender sin su fundamental aportación.
El Órgano histórico de Torre de Juan Abad, un tesoro musical
Desde hace unos años se está produciendo un nuevo renacer del órgano con nuevos instrumentos que se ponen en funcionamiento, bien restaurados, bien reconstruidos o construidos totalmente nuevos. Buena prueba de este interés es la Ruta de los Órganos, que ya en IV edición, ofrece la Consejería de Cultura de la JCCM. Son todas buenas noticias, unidas al aumento de alumnos que estudian órgano.
Pero entre todos estos instrumentos merecen destacarse aquellos que verdaderamente son un tesoro musical por haberse conservado en su totalidad a lo largo de los siglos y ofrecernos toda su belleza y sonoridad, totalmente conservada desde su construcción.
Desgraciadamente son muy pocos los órganos que conservamos totalmente originales y uno de ellos es el Órgano Histórico de Torre de Juan Abad, construido en 1763 por Gaspar de la Redonda Zeballos. Este instrumento, del que se conservan incluso sus protocolos notariales, nos viene ofreciendo a través de sus ciclos de conciertos su maravilloso y único sonido, producido por su mecánica de mil tubos totalmente original e inalterada por los siglos. Podemos hablar con propiedad que se trata de un tesoro histórico al que nos podemos acercar para admirar y escuchar.
El Ciclo de este año 2017, ya el XVI, ofrecerá diecinueve conciertos. Entre ellos, a pesar de sus dificultades de agenda, el del organista de la liturgia de San Pedro del Vaticano, Joan Paradell; Riyehee Hong; el Profesor Joris Verdín. Además, el ciclo contará con dos coros: La “Schola Gregoriana Henricus Beauvarlet”, belga, con su director y organista Jan Vermeire y el Coro Accento de Madrid. Se incorporan tres novedades este año: Umberto Köstanic, de Croacia; Vincennco Allevato, de Italia y Alvaro Carretero, de Valladolid.
En definitiva, muchos y buenos conciertos de órgano para sumergirnos en la belleza de esta “música celestial”.