El pasado 15 de julio, los alumnos de sexto, séptimo y octavo del curso 1983-1984 del Seminario se reunieron de nuevo para una jornada de convivencia.
Junto a ellos, estuvieron el formador que entonces se encargaba de la comunidad, Miguel Esparza, y el entonces formador de BUP y profesor de Religión, Pedro López de la Manzanara, que ha sido hasta este curso Rector del Seminario. Además, acudieron a la cita maestros de entonces, como Carmela Piqueras, Purificación Cámara, Ascensión Martín y Pablo Rodríguez. Algunos de los antiguos seminaristas fueron con esposas e hijos.
La jornada comenzó por la mañana, con un recorrido por el Seminario, reformado desde entonces, por las galerías, las salas de juego y los patios que vieron crecer a los antiguos alumnos. Todos expresaron lo entrañable de recordar de nuevo el estudio, el deporte y la oración en la institución, mientras discernían su vocación. Hoy, unos alumnos están casados, otros son sacerdotes y han elegido distintos caminos profesionales, aunque recuerdan el tronco común en el Seminario, que les sirvió para formarse y «construirse como personas».
Tras la visita al edificio, antiguas habitaciones y capillas, el grupo disfrutó de un encuentro informal con anécdotas y experiencias de la época. En las palabras de todos se destacó el «profundo agradecimiento al Seminario, a los formadores y a los profesores por todo lo que hicieron».
Después, el grupo participó en la Eucaristía, presidida por el rector Pedro López de la Manzanara, y concelebrada por Miguel Esparza, entonces formador y por dos sacerdotes de estos cursos: Eustaquio Camacho y Miguel Ángel Jiménez Salinas
A continuación, en un restaurante de la ciudad, con la comida y sobremesa terminó una jornada de alegría y reconocimiento al Seminario y a su labor humana, educativa y de fe.