Ismael de Tomelloso

El pasado 23 de mayo, el Dicasterio para las Causas de los Santos publicó el reconocimiento de «las virtudes heroicas del siervo de Dios Ismael Molinero Novillo, llamado Ismael de Tomelloso». Desde la Asociación para la causa de Ismael de Tomelloso nos relatan la biografía del joven tomellosero.

El 23 de mayo de 2024, el Dicasterio para las Causas de los Santos publicó, con la firma del papa Francisco, el decreto de virtudes heroicas del Siervo de Dios Ismael de Tomelloso que le conducirá a ser venerable. Años antes, concretamente el 17 de diciembre de 2006, se constituyó en el Colegio de la Milagrosa de Tomelloso una asociación para llevar adelante los trabajos necesarios para el buen avance de la Causa y la extensión de la devoción personal hacia Ismael de Tomelloso. La Causa de Ismael de Tomelloso recibió el nihil obstat de la Santa Sede en marzo de 2008, y quedó abierta en el Obispado de Ciudad Real el 5 de mayo de ese mismo año.

Ismael Molinero Novillo nació en Tomelloso el 1 de mayo de 1917, siendo bautizado el 6 de mayo por el párroco Vicente Borrell Dolz. Su madre era muy piadosa y enseñó las primeras oraciones a sus hijos. A los seis años fue al colegio de las Hijas de la Caridad. Recibió la primera comunión el día del Corpus Christi de 1925, a los ocho años, y fue confirmado por el obispo prior, el beato Narciso Estenaga y Echevarría. Estuvo en la escuela de Félix Pavón hasta los catorce años, pero las necesidades económicas de la familia le llevaron a trabajar como dependiente de comercio con su carácter alegre, simpático y abierto. Perteneció a la Acción Católica Juvenil de Tomelloso.

En 1935 hizo ejercicios espirituales en el Seminario de Ciudad Real, dirigidos por el Padre Sánchez Oliva, quien se despidió de Ismael poniéndose de rodillas delante de él y besándole los pies. Profundizó en su fe: misa diaria, oración, visita al Santísimo, etc., entregándose más aún a la Iglesia, a los jóvenes y a los ancianos desamparados del Hospital Asilo de Tomelloso con actos heroicos de desprendimiento.

El 1 de mayo cumplió los 21 años, y el día 5, después de comulgar, pronunció sus últimas palabras y murió

En 1936 estalló la Guerra Civil, siendo testigo de las atrocidades que se cometieron. En septiembre de 1937 es movilizado por el ejército republicano. El ambiente ateo y contrario a la religión le hizo sufrir en silencio. Se produce la batalla del Alfambra. Ismael no dispara un solo tiro. Se queda de pie, tira el fusil y se aprieta a la medalla de la Virgen Milagrosa que tenía cosida en las entretelas del uniforme. Cierra los ojos. De pronto oye la voz de «¡manos arriba!» Hecho preso en Santa Eulalia del Campo, oculta su pertenencia a Acción Católica y su amistad con un capitán de su pueblo, y comienza el sacrificio del silencio porque quería sufrir por Dios, por las almas y por España.

Una semana más tarde es trasladado a San Juan de Mozarrifar. Próximo a la muerte, rompió su silencio para pedir la confesión al capellán Ignacio Bruna y expresarle los motivos de su sacrificio y de su amor por Dios.

El 18 de marzo de 1938 fue trasladado al Hospital Clínico de Zaragoza. Ignacio Bruna le escribió una carta de recomendación, pero él la escondió, descubriéndola, cuando era demasiado tarde, la enfermera Aurora Álvarez, que lo atendió en sus últimos momentos.

El 1 de mayo cumplió los 21 años, y el día 5, después de comulgar, pronunció sus últimas palabras y murió.

Fue enterrado en el cementerio de Torrero, en Zaragoza. En 1950 se trasladaron los restos mortales de Ismael al cementerio de Tomelloso.
 
Por Jesús Cañas Parra