Varias parroquias de la diócesis se unieron, los pasados 8 y 9 de marzo, a las 24 horas para el Señor.
Esta actividad está estrechamente relacionada con el tiempo litúrgico de la Cuaresma, y en particular con el IV Domingo de Cuaresma, llamado Laetare. La alegría celebrada durante este día surge de la conversión personal, de la reconciliación con Dios y de la gracia recibida en el sacramento del perdón.
Las 24 horas para el Señor tienen como objetivo ofrecer a los fieles la posibilidad de vivir un momento de intensa oración y reencontrar el camino para volver a acercarse al Señor.
En la capital, el obispo, don Gerardo Melgar, cerró las 24 horas para el Señor con la eucaristía que celebró en el templo de Santa María del Prado (La Merced) en la tarde del 9 de marzo.