El día 2 de febrero celebraremos la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, con el lema: Aquí estoy, Señor; hágase tu voluntad. Carmen Sendino es dominica de la enseñanza y presidenta de CONFER (la Conferencia Española de Religiosos) en nuestra diócesis.
El día 2 de febrero celebraremos la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, con el lema: Aquí estoy, Señor; hágase tu voluntad.
Cada año, esta jornada, es una oportunidad para revitalizar nuestra vocación, nuestra vida, nuestro encuentro con Jesús que transformó nuestra vida y la llenó de sentido para entregarla al servicio del Evangelio.
El Señor, hoy nos sigue llamando a cada uno de nosotros, y como los profetas, como María y José, como Jesús y tantos discípulos y discípulas de ayer y de hoy le decimos: «Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad».
Somos llamados a ser comunidades de encuentro, de relación entre diversos carismas y vocaciones
«Aquí estoy, Señor», es la palabra clave de la vida consagrada y de todo cristiano. «Aquí estoy» es estar atento, con todo nuestro ser a las sorpresas de Dios; estar en silencio, fijos los ojos en Jesús. «Aquí estoy» es estar disponible para lo que Dios nos pida. Ser dóciles a su voluntad. Es confiar plenamente en que Dios nos ama y camina con nosotros.
«Aquí estoy, Señor», es escuchar la Palabra de Dios en la eucaristía y la oración y también escuchar las palabras que nos ofrecen las personas. Somos enviados a ser predicadores, a hacer presente en el corazón de las personas y en el mundo a Jesús que es camino, verdad y vida para toda persona.
Revitalizar la vida es acoger las sorpresas de Dios, escuchar la Palabra que se hace vida en cada paso que damos acogiendo su voluntad, lo nuevo que él quiere crear.
Comprometerse con Jesús es servir a los demás con amor, es ponerse en camino y ofrecer a los demás lo que somos y tenemos para que se cumpla su voluntad
Estamos llamados a vivir la vocación en fraternidad, en sinodalidad, como dice el papa Francisco: «La sinodalidad es la manera de ser Iglesia hoy según la voluntad de Dios, en una dinámica de escucha y de discernimiento del Espíritu Santo». Somos llamados a ser comunidades de encuentro, de relación entre diversos carismas y vocaciones.
Jesús vivió haciendo la voluntad del Padre. Su actuar cuestionaba a las personas de su tiempo porque buscaba que la dignidad de la persona fuese el centro. Con su vida nos enseña a vivir como él y ser cuidadores de vida, ser ofrenda generosa al Señor para nuestro mundo sufriente, cuidar a los más vulnerables.
Comprometerse con Jesús es servir a los demás con amor, es ponerse en camino y ofrecer a los demás lo que somos y tenemos para que se cumpla su voluntad. En definitiva, es evangelizar con nuestra vida, irradiar a Jesús, atraer hacia Jesús es posibilitar la transformación de la persona y la sociedad.
La vida consagrada de hoy, buscando hacer la voluntad del Padre, desea ser ese viento fresco que lleve amor, cuidado, justicia, paz y ternura a todas esas realidades y situaciones de dolor
Los consagrados tenemos que ser personas abiertas al Espíritu y estar dispuestos a «reinventar» nuevas formar de predicar el Evangelio en esta sociedad actual. A vino nuevo, odres nuevos.
En la fiesta de la Presentación del Señor somos invitados a celebrar la vida, celebrar que Jesús y María son para nosotros un rayo de luz que nos despierta, que nos interpela y nos impulsa a ser comunicadores de esperanza, transformadores de la sociedad. Seremos luminosos y brillaremos acogiendo a Jesús y amando como él.
La vida Consagrada de hoy, buscando hacer la voluntad del Padre, desea ser ese viento fresco que lleve amor, cuidado, justicia, paz y ternura a todas esas realidades y situaciones de dolor que hoy están presentes en nuestro mundo.
Hoy estamos llamados a ser hombres y mujeres que desde nuestra experiencia de Dios y con nuestra vida entregada con alegría «somos rostros luminosos», como nos recuerda, este año, CONFER Nacional.
Vivir el lema de nuestra jornada, «Aquí estoy, Señor; hágase tu voluntad», se podría resumir en estas palabras del papa Francisco en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud: «Conserva la esperanza, déjate sorprender por Dios y vive con alegría». Esta es la mejor manera de hacer visible la voluntad de Dios en el mundo de hoy, que necesita urgentemente la luz de la esperanza.
Por Carmen Sendino Páramo, DEIC