Este sábado 30 de septiembre, el obispo, don Gerardo Melgar, ordenó como sacerdotes a Pascual García, Miguel Carretero, Martín Tébar y Ángel García. La celebración tuvo lugar en la catedral, llena al completo con los familiares y amigos de los nuevos sacerdotes, así como de la mayor parte del presbiterio.
Desde la mañana de este 30 de septiembre, la diócesis cuenta con cuatro nuevos sacerdotes: Pascual García, Miguel Carretero, Martín Tébar y Ángel García; ordenados en la catedral por el obispo, don Gerardo Melgar Viciosa.
Amigos, familiares y compañeros llenaron el templo para participar en una celebración que alegra y fortalece a toda la Iglesia de Ciudad Real gracias a la respuesta generosa de cuatro jóvenes a los que Cristo consagra y envía por la fuerza del Espíritu.
Una vez proclamado el evangelio, se llamó a los tres elegidos, que después se presentaron públicamente ante don Gerardo. Entonces, el rector del Seminario, como responsable de la formación de los cuatro alumnos y en representación de la Iglesia de Ciudad Real, pidió el orden presbiteral para los diáconos.
En la homilía, don Gerardo expresó su gratitud al Señor por la elección, felicitando a toda la Iglesia: «Hoy os felicitamos todos en toda la diócesis y toda la Iglesia por vuestra ordenación sacerdotal. En este momento hay muchas personas, sacerdotes, religiosas, cristianos en general, familiares vuestros y amigos que están rezando por vosotros, para que el Señor que os ha elegido y os ha llamado, os capacite para ser fieles durante toda vuestra vida a la vocación a la que los ha llamado en esta época de escasez vocacional».
Mostrando alegría durante toda la homilía, el obispo agradeció al Señor porque sigue llamando «al sacerdocio y hay personas que generalmente generosamente responden a la llamada que Dios les hace para ser ministros suyos».
Insistió en que la llamada es obra de Dios, puesto que «nadie tiene derecho a ser ordenado sacerdote. El sacerdocio no es nunca un derecho, sino que es siempre un don de Dios por la libre elección de Dios a los que Él ha querido y a los que quiere. El sacerdocio es un puro don de Dios». Y, a la libertad de Dios para elegir, se responde con la libertad del hombre para decir sí, una libertad que consiguió el Señor con su sacrificio y que, «redimida de sus esclavitudes», permite la respuesta «como vais a hacer vosotros», dijo.
«Ofrezcamos al Señor una vida plena y total, a su servicio y al servicio de los hermanos, para que el Señor, a través vuestro, haga realidad en los hombres y mujeres de nuestro mundo y de nuestro tiempo, la maravilla de su salvación
«Es posible responder con generosidad a la llamada de Dios. Y es posible porque, de hecho, hay personas como vosotros que lo hacen. Su llamada y vuestra respuesta son, para todos los jóvenes que os conocen, una interpelación para su vida, una invitación a hacerse personalmente también esta pregunta: ¿por qué camino me está llamando a mí?».
Después de la gratitud por la vocación y la respuesta de los cuatro nuevos sacerdotes, don Gerardo expuso las distintas acciones que llevarán a cabo como presbíteros, «continuadores de la obra y de la misión salvadora y salvífica y santificadora de Cristo».
En cuanto a esta labor, les pidió que no sean nunca «unos profesionales que dedican unas horas a su profesión y, luego, tienen tiempo», sino que estén en todo momento al servicio de la misión: «El descanso, el alimento, el vestido y toda vuestra vida, el estilo de vida, han de ser los de un sacerdote».
«Yo, como obispo de la Diócesis, que os conferiré la ordenación sacerdotal, os diré a cada uno esta frase, a la que os recomiendo que volváis con mucha frecuencia durante toda vuestra vida: Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor», dijo, advirtiéndoles de que tendrán muchos momentos de alegría en su vida sacerdotal, pero también momentos de cruz: «Nunca debéis olvidar que habéis sido llamados para evangelizar desde la cruz».
Miguel Carretero comenzará su labor como sacerdote en las parroquias de Alhambra y Carrizosa, Pascual Martínez en la UAP de Los Montes, Ángel García en Castellar y Almuradiel y Martín Tebar en Aldea y Almagro.
«Ofrezcamos al Señor una vida plena y total, a su servicio y al servicio de los hermanos, para que el Señor, a través vuestro, haga realidad en los hombres y mujeres de nuestro mundo y de nuestro tiempo, la maravilla de su salvación y de su redención. Que el Señor, que comenzó en vosotros la obra buena, él mismo la lleve a término», concluyó.
Una vez concluida la homilía, los tres jóvenes manifestaron ante don Gerardo su voluntad y disposición para cumplir el ministerio, prometiendo obediencia justo antes de que toda la Iglesia pidiera la gracia para ellos con el canto de las letanías.
La imposición de manos del obispo y la plegaria de ordenación otorgó a los nuevos sacerdotes el don del Espíritu para la función que van a desempeñar a partir de ahora. Después de que el resto del presbiterio impusiera sus manos sobre los elegidos, varios sacerdotes ayudaron a los jóvenes a revestirse con la estola y la casulla. De este modo se significa claramente que ya son sacerdotes.
A continuación, el obispo ungió las manos de Martín, Ángel, Pascual y Miguel con Santo Crisma, expresando su participación en el sacerdocio de Cristo. Después de ungirlos, les entregó el pan y el vino, indicando el deber que tienen los sacerdotes de presidir la eucaristía y del seguimiento de Cristo crucificado.
Por último, tras estos ritos, el obispo abrazó a los nuevos sacerdotes (el beso de la paz), acogiéndolos como nuevos colaboradores en su misión junto al resto del presbiterio, que saludó de la misma forma a los ordenados.
La celebración continuó con la liturgia eucarística, en la que los nuevos sacerdotes ya participaron concelebrando.
Al final de la celebración, don Gerardo volvió a agradecer la entrega de los nuevos sacerdotes, entregándoles el título de presbíteros y los nombramientos que los envían a su nueva misión en la Iglesia de Ciudad Real.
Miguel Carretero comenzará su labor como sacerdote en las parroquias de Alhambra y Carrizosa, Pascual Martínez en la UAP de Los Montes, Ángel García en Castellar y Almuradiel y Martín Tebar en Aldea y Almagro.