El 8 de septiembre se incorporaron al Seminario los seminaristas mayores. El pasado día 22, los seminaristas mayores. El rector, Juan Serna Cruz, nos invita a rezar por las vocaciones recordándonos la petición del Evangelio: «Rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies». La inauguración oficial del curso será mañana miércoles 5 de octubre.
Acaba de comenzar el curso en el Seminario Diocesano; los seminaristas de Secundaria y Bachillerato se incorporaron el día 8 de septiembre, y los seminaristas mayores el día 22. Con alegría nos disponemos en el Seminario a repetir la misma experiencia que Jesús tenía con sus apóstoles: compartir la amistad, escuchar a Jesús y conocerle para amarle y seguirle más.
Al comenzar el curso es fácil acordarse de las palabras del Señor que, contemplando la inmensidad de su tarea, eligió compañeros de misión: «La mies es mucha y los obreros pocos; rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mt 9,37). En esta frase, Jesús nos propone compartir tres miradas; la primera, que la mies es mucha, esto es, que la tarea evangelizadora es inagotable y urgente. En cualquier lugar del mundo hay personas que esperan un testigo que les acerque la amistad de Jesús y el consuelo de su Palabra; también en nuestra Diócesis hay niños y niñas, jóvenes, matrimonios, familias, enfermos… que esperan un encuentro que cambie decisivamente sus vidas: el encuentro con Jesús. La misión es urgente y más necesaria que nunca.
El próximo día 5 de octubre inauguraremos oficialmente el curso, juntamente con el Instituto Diocesano de Teología. Os esperamos, si podéis asistir; es un acto que pretende sencillamente que la fe se haga presente en la cultura y la sociedad actual, interpelando y compartiendo un encuentro festivo
Pero no podemos olvidar la segunda mirada de Jesús: los obreros son pocos. Cada cristiano, con el carisma que ha recibido de Dios, está llamado a ser mediación de Cristo, presencia viva de la Iglesia, que fecunda el mundo como la levadura en la masa. Pero son pocos los obreros que viven valientemente esta responsabilidad. También son pocos los seminaristas. Quizás siempre serán pocos, incluso aunque pudiéramos asegurar un relevo tranquilo a los sacerdotes que se jubilen: serán pocos porque la misión es inagotable, porque —aunque no lo sepa— el mundo los espera, hambriento de comunión y sediento de misericordia.
De ahí que la tercera mirada sea la clave de todo: pedid al Padre, Dueño de la mies, que envíe obreros a su mies. La oración por las vocaciones es muestra de que se ha entendido la urgencia de la evangelización y la necesidad de corazones generosos. Todo empieza con una llamada, y todo se fragua en la relación con Dios. Por eso, desde el Seminario os pedimos que vuestra colaboración comience con una oración convencida y esperanzada.
El próximo día 5 de octubre inauguraremos oficialmente el curso, juntamente con el Instituto Diocesano de Teología. Os esperamos, si podéis asistir; es un acto que pretende sencillamente que la fe se haga presente en la cultura y la sociedad actual, interpelando y compartiendo un encuentro festivo. Nos gustaría, sobre todo, que nos ayudara, en el comienzo del curso, a dejarnos orientar y animar por estas tres miradas de Jesús.
Por Juan Serna Cruz