El 5 de marzo se celebró en el Seminario Diocesano un encuentro de la Delegación de Liturgia para profundizar en qué consiste la Liturgia de las Horas, por qué existe esta celebración orante y su espiritualidad.
El tema se eligió respondiendo al hecho de que cada vez son más los fieles que hacen oración con la Liturgia de las Horas, personalmente y en comunidad. Además, hay muchas parroquias que incorporan esta celebración en los tiempos fuertes.
Después de la oración, la actividad comenzó con la conferencia del sacerdote Juan Carlos Fernández de Simón, que explicó la Liturgia de las Horas insistiendo en el hecho de que es una «celebración» litúrgica de la Iglesia.
En primer lugar, el sacerdote, licenciado en Liturgia, explicó el paso que se dio con el Concilio Vaticano II al cambiar la consideración de esta oración de un rezo privado (breviario) a un rito destinado a la celebración litúrgica (Oficio Divino, Liturgia de las Horas). De este modo, la Liturgia de las Horas es una verdadera «liturgia» en sentido estricto, «constituida esencialmente por la oración» y ordenada a la «santificación continua del tiempo humano».
Después de explicar este cambio histórico de la Liturgia de las Horas, el sacerdote continuó aclarando las diferencias entre la liturgia y la celebración, pasando a analizar los elementos que integran esta última en la liturgia de la Iglesia. A continuación, explicó el Oficio Divino como celebración de la Iglesia, apuntando las dificultades que se encuentran, como la «clericalización» y «privatización» de esta oración.
En resumen, Fernández de Simón insistió el la esencia celebrativa del Oficio Divino, que no ha de ser una oración individualista, sino comunitaria y eclesial, siendo conscientes de «la presencia sacerdotal de Cristo orante en medio de los suyos» en un rezo que actualiza el acontecimiento salvífico como liturgia de la Iglesia que es. En este sentido, aunque a veces no sea posible, la celebración de la Liturgia de las Horas debe ser un acto comunitario, cuidado también en sus elementos más «externos» como la música y el ritmo en la oración.
Después de Juan Carlos Fernández de Simón intervino el delegado de Liturgia en la diócesis, Arcángel Moreno Castilla, que habló del planteamiento espiritual y teológico que hay en la Liturgia de las Horas como oración eclesial trinitaria y cristológica. Subrayó la importancia de «nuestra predisposición personal para el diálogo con Dios: escucha y alabanza».
Tras la intervención del delegado hubo un tiempo para el diálogo sobre las preguntas que hicieron los participantes, con dudas sobre la recitación de los salmos, su uso o sobre la Liturgia de las Horas en parroquias pequeñas donde no hay eucaristía diaria.