¡Oh, Reyes Magos benditos,
si yo pudiera volver
a la ilusión de la infancia
para volveros a ver!
Quitadme, Reyes, quitadme
ese rayo de altivez,
y ponedme en la mirada
la venda azul de la fe.
Devolvedme la ilusión
de aquella ingenua niñez
cuando la estrella del cielo
me guiaba hasta Belén.
El tiempo nieva nostalgias
pálidas sobre mi sien
y una lejana alegría
me mira con languidez;
pero, a pesar de los años,
pintan gallos rosicler
porque volvéis, Reyes Magos,
a hacerme niño otra vez.