El pasado 11 de octubre, se celebró en la catedral la solemnidad de Santo Tomás de Villanueva, patrono de la diócesis de Ciudad Real.
Aunque la fecha de la fiesta es el 10 de octubre, cuando se celebró en todas las parroquias de la diócesis, el obispo, don Gerardo Melgar, quiso presidir el lunes la misa en la catedral para facilitar la participación de los sacerdotes, al ser el 10 de octubre domingo.
De este modo, una buena parte del presbiterio concelebró la misa junto a don Gerardo, que reúne a los sacerdotes desde el año 2016 en esta fecha. Antes de la pandemia, la imagen del patrón que está en el retablo de la capilla del Santísimo de la catedral, recorría en procesión las calles aledañas al templo, acompañada por los presbíteros y llevada a hombros por los seminaristas.
En la homilía, don Gerardo indicó que la fiesta nos brinda la oportunidad de acercarnos al ejemplo del santo, algo que nos ayuda a vivir con autenticidad lo que el Señor nos pide. El modelo de santo Tomás no es algo solo para el pasado, solamente histórico, puesto que «los santos son testigos vivos de Cristo, fueron verdaderos modelos, ejemplo y testimonio del seguimiento de Cristo y de la vivencia del Evangelio [...] y siguen llamando la atención varios siglos después», dijo.
Recordó cómo santo Tomás de Villanueva renovó espiritualmente la diócesis de Valencia, y explicó cómo fue «un pastor entregado a su misión, sin escatimar esfuerzos y entrega [...]. Recuperó el estilo de pastor que se había perdido en Valencia», puesto que durante más de cien años los obispos no habían residido en la diócesis levantina.
Fue un auténtico pastor que nos puede ayudar a nosotros a vivir como auténticos pastores hoy
Recorrió la biografía de santo Tomás, ejemplo para los obispos, que recorrió la diócesis que se le encomendó y ayudó especialmente a los pobres, renunciando a sus propias rentas.
Don Gerardo, refiriéndose a los sacerdotes, expresó que santo Tomás «fue un auténtico pastor que nos puede ayudar a nosotros a vivir como auténticos pastores hoy».
Destacó tres actitudes pastorales de santo Tomás. En primer lugar su preocupación por la predicación, para que llegara a todos los fieles, algo necesario también hoy, cuando hay muchas personas que no conocen el mensaje de Cristo.
Sintamos muy dentro de nosotros la llamada que Dios nos hace a llevar su mensaje
En segundo lugar, «santo Tomás vivió su misión de ser portavoz y portador del mensaje de Cristo a todos los diocesanos [...], y lo hizo con un gran ardor pastoral y evangelizador, alentando a unos, corrigiendo a otros y contando con aquellos que estaban viviendo por el camino de Dios desde el estilo de Cristo».
Por último, como tercera actitud pastoral del santo, destacó «que en su ministerio fue muy importante el amor, la dedicación y la entrega pastoral a los pobres. Ellos fueron sus predilectos».
El obispo animó a todos a vivir estas tres actitudes, puesto que no son algo del pasado, sino que se actualizan hoy para seguir mejor a Cristo.
Concluyó pidiendo, por intercesión de santo Tomás de Villanueva y de la Virgen María, que los sacerdotes «sintamos muy dentro de nosotros esta llamada que Dios nos hace a llevar su mensaje a todos los hombres de nuestro tiempo, a vivir con ardor pastoral y fe nuestro ministerio y seamos la señal que les hace descubrir a aquellos cuya fe flaquea que el Señor les sigue amando, les perdona y quiere que busquen en Él y en los demás hermanos lo que necesitan para vivir su vida con esperanza», dijo.