Damián Díaz Ortiz, delegado de Misiones, nos habla sobre el Día del Misionero Diocesano que celebramos este domingo 13 de junio con el lema Hermanos de todos, hermanos nuestros.
El misionero es hermano universal. Ha dejado la familia de su sangre, para encontrar hermanos por todo el mundo. En él se cumple de manera especial lo predicho por Jesús: «Os aseguro que todo aquel que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mí y por el Evangelio, recibirá en el tiempo presente cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque junto con persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna» (Mc 10, 29-30).
El misionero edifica por todo el mundo la Iglesia, familia universal a la que están convocados hombres y mujeres de toda raza, idioma, condición y cultura. Él es el enviado de la Iglesia de puertas abiertas, para superar fronteras y divisiones, y crear lazos de fraternidad entre todos los hombres. Para establecer la globalidad del amor y la fraternidad en un mundo individualista e interesado.
El misionero diocesano es también hermano nuestro: nació y recibió la fe en alguna de nuestras parroquias. Entre nosotros escuchó la llamada a la misión. Miembro de una Iglesia diocesana toda ella misionera, porque a todos atañe el mandato: «Id por todo el mundo» (Mc 16, 15). Son expresión de nuestra solidaridad universal que construye mejores condiciones de vida para los más desfavorecidos de la tierra. Son manifestación de la alegría del Evangelio que nosotros hemos escuchado y no podemos ocultar, sino que tenemos que compartir por todo el mundo. Son cauce que hace llegar nuestro compromiso con los hijos de nuestro Padre Dios por todo el mundo.
Desde nuestra diócesis de Ciudad Real, además de contribuir generosamente al Fondo Universal de Solidaridad con las Jornadas del Domund y la Infancia Misionera, apoyamos también los proyectos que algunos de nuestros misioneros diocesanos nos envían cada año: construcción de escuelas, de locales para la pastoral, sostenimiento de centros para niños discapacitados, de hospitales en situación de conflicto, becas para estudio de chicos y chicas de las zonas rurales…
Diversas parroquias celebran el Día del Misionero Diocesano, siempre un domingo cercano al 14 de junio, fecha del martirio de Vicente Hondarza, misionero Diocesano de Ciudad Real en Perú, y participan en este bonito proyecto fraterno. Muchos particulares e instituciones colaboran con nuestros misioneros diocesanos a través de la Delegación de Misiones. Así, todos vamos creando un mundo solidario y fraterno, todos nos sentimos hermanos universales. Con nuestros misioneros diocesanos todos vamos construyendo el Reino de Dios.
Por Damián Díaz Ortiz, delegado diocesano de Misiones.
Este artículo se publicó en Con Vosotros de 13 de junio de 2021