Ciudad Real es la provincia que más X marca a favor de la Iglesia

Esta mañana se han presentado en el obispado los datos de la casilla de la Iglesia en nuestra provincia, que sique siendo la que más apoya la labor eclesial en toda España, veinte puntos por encima de la media nacional.

El ecónomo de la diócesis, Jesús Álvarez, ha explicado toda la ayuda que se ha prestado desde el comienzo de la pandemia: «Durante más de un año, de manera más especial si cabe, la Iglesia se ha volcado en la ayuda a los más necesitados, ayudando al cumplimiento de las normas sanitarias y haciendo un esfuerzo económico y de trabajo para cubrir las necesidades más urgentes que se están dando».

Álvarez ha recordado de manera especial la ayuda de cientos de voluntarios que trabajaron para fabricar medidas de protección destinadas a residencias de ancianos y hospitales. Del mismo modo, ha agradecido la labor de los sacerdotes, que «acompañaron a las familias de la manera que mejor se pudo en los cementerios».

«Como otras instituciones, la Iglesia tuvo que aprender a continuar con su labor sin estar preparada, improvisando, pero sin perder el objetivo de anunciar el evangelio y de acompañar las situaciones más dolorosas y difíciles», ha dicho el ecónomo, que ha concluido agradeciendo a todos los contribuyentes su apuesta por marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta. Esta acción no supone pagar más en la declaración, sino elegir el destino de un porcentaje de los impuestos. Además, se puede marcar a la vez la casilla de fines sociales, de manera que las cantidades se suman, llegando un 0,7 % de la cuota íntegra de la declaración tanto a la Iglesia como al resto de proyectos que se benefician de la otra casilla.
 
Resultados de la X en la Declaración de la Renta de 2020

Los datos que se han presentado esta mañana se corresponden a la declaración que se hizo en 2020 y que se refiere al IRPF de 2019. Por este motivo, no se nota en la cuantía el descenso notable en la actividad económica que ha producido la pandemia.
Isabel Oviedo, del equipo de administración de la diócesis, ha explicado los datos en España, con 7.297.646 de declaraciones a favor de la Iglesia, más de 8,5 millones si tenemos en cuenta las declaraciones conjuntas. «Se trata de 106.259 declaraciones más con respecto al año anterior, lo que supone un 32,15 % de los declarantes que asignan, desde su colaboración libre del 0,7% de sus impuestos al marcar la casilla de la Iglesia, 301,07 millones de euros (un 5,85 % más que en 2019). Es la cantidad más alta desde el comienzo del actual sistema de asignación tributaria en 2007».

«Nos alegra seguir siendo la provincia española que más X marca a favor de la Iglesia, con un 52,27 %, más de veinte puntos por encima de la media española y más de 7 puntos por encima de toda Castilla-La Mancha»

En nuestra provincia el número de declaraciones a favor de la Iglesia el pasado año fue de 115.422, con un incremento de 0,40 con respecto al año anterior, en concreto, 1.762 declaraciones más. Esto supone una asignación de 2.537.109 € para la Iglesia de Ciudad Real, 149.256 € más que en 2019.

Oviedo ha explicado que esta no es la cantidad que recibe nuestra diócesis, puesto que la Conferencia Episcopal lleva a cabo un reparto solidario con la cantidad del dinero recibido de forma que las diócesis con menos posibilidades reciben más dinero proporcionalmente. En nuestro caso, si nos ciñéramos a lo que los contribuyentes de Ciudad Real asignan a la Iglesia, la cantidad sería de 2.537.109 €. Sin embargo, recibiremos 3.006.141 €.

«Nos alegra seguir siendo la provincia española que más X marca a favor de la Iglesia, con un 52,27 %, más de veinte puntos por encima de la media española y más de 7 puntos por encima de toda Castilla-La Mancha (45,18 %). Este dato nos habla de la solidaridad de la provincia, que sigue confiando cada año en la labor de la Iglesia y que aprecia el modo en el que se trabaja», ha dicho.

La ayuda de cada uno de los cristianos a la sociedad

Después de presentar los números de la casilla de la Iglesia han intervenido Arantxa Moreno y Manuel López, dos de los rostros que llevan a cabo la labor de la Iglesia.

«Quiero recalcar la labor visible de todas estas cifras [refiriéndose a los resultados de la X] en el día a día, en este caso en las residencias de Miguelturra», ha comenzado explicando Arantxa Moreno, enfermera en las residencias de ancianos de Miguelturra que pertenecen a la parroquia de esta población. «Para mí es una suerte poder dedicarme a lo que creo que es mi vocación y poder hacerlo en un ambiente distinto, de fe […] Y, además, con las personas mayores porque están en una etapa de mayor fragilidad […], intento que no se quede solo en el desempeño de mi labor, sino en seguir a Cristo», ha dicho la joven enfermera. Ha agradecido poder participar en la misión de Cristo, que «sigue curando a los enfermos a través de nosotros».

«Para mí es una suerte poder dedicarme a lo que creo que es mi vocación y poder hacerlo en un ambiente distinto, de fe»

Después de Arantxa ha intervenido Manuel López Luengo, auxiliar de enfermería en las mismas residencias. Ha lamentado todas las muertes que ha causado la pandemia en personas con las que conviven diariamente: «Son nuestra segunda familia, los conocemos desde hace años y muchos han muerto», pero ha resaltado que ningún anciano ha muerto solo porque «estábamos a su lado». Además, «la única relación que tenían los ancianos con el exterior era la nuestra».

Ahora, cuando ya han pasado los peores momentos de la pandemia, López Luengo explica que están intentando recuperar la esperanza y la alegría en los centros. «Hemos hecho esto porque queremos a la gente […], no somos héroes». Además, se ha hecho la pregunta sobre la fe, sobre Dios en medio de la pandemia. Ante esto, Manuel López ha explicado que han descubierto una verdadera vocación de servicio, de entrega a los demás, «como muchos otros cristianos anónimos que se entregan en muchos lugares, al lado de los más débiles».

Ambos trabajadores han subrayado el ambiente de familia de las residencias, explicando que ellos son invitados a su hogar para acompañarlos, para estar a su lado ayudándolos y que esto lo hacen vocacionalmente, en nombre de Cristo. «Él nos acompaña, él nos ayuda, lo hacemos por amor a Jesucristo y a su Iglesia y seguiremos haciendo la labor enviados por Él para que se haga presente en todos los campos de más necesidad», ha concluido López Luengo en representación de toda la labor de la Iglesia.