Santa Teresa de Jesús nació en Ávila, en la casa de los Cepeda y Ahumada, el 28 de marzo de 1515.
Carmelita a los 20 años en el Monasterio de la Encarnación de Ávila, allí permanecerá por veintisiete años, hasta el 24 de agosto de 1562, cuando comienza la reforma del Carmelo para volver a los orígenes, fundando el Monasterio de San José de Ávila, primero en la reforma. Después vendrían las otras 17 fundaciones por la geografía española, entre ellas la tercera en nuestra diócesis (Malagón). Muere a los 67 años como «hija de la Iglesia» en el Monasterio de Alba de Tormes, la tarde del 4 de octubre de 1582.
Sus comunidades habrían de ser «pequeños colegios de Cristo», aspirando a vivir fielmente los consejos evangélicos, con gran amor a la Virgen, fundadas en la oración como «trato de amistad con quien sabemos nos ama», en fraternidad y entregadas en todo a favor de la Iglesia.
Amante de la lectura desde su niñez, escribe algunos libros como clarificación de su conciencia ante sus confesores o para ayudar en el camino espiritual, a petición de sus superiores y de sus hermanas. El Libro de la Vida es una radiografía en su vivencia interior en busca de Dios. En esta búsqueda se agarra a Cristo en su humanidad como medio para unirse a Dios. El Camino de Perfección es un libro de formación para la primera generación de las carmelitas descalzas, sobre todo de cara a la oración y la vida comunitaria. El Castillo Interior o Las Moradas es la narración del proceso de su experiencia mística, centrada en Cristo y en el Misterio de la Trinidad. Por otro lado, en las Fundaciones cuenta la historia anecdótica, externa y personal, de los monasterios que fundó. Junto a estas obras mayores se encuentran otros escritos menores, siempre ricos en contenido espiritual y valor literario.
Santa Teresa fue beatificada el 24 de abril de 1614, canonizada el 12 de marzo de 1622. Pablo VI, el 27 de septiembre de 1970, la declaró primera Doctora de la Iglesia.
Por Alberto Domínguez García-Ceca