Se celebró el Congreso Nacional de Laicos

El Congreso Nacional de Laicos «Pueblo de Dios en salida», en el que han participado veinticuatro congresistas ciudadrealeños, concluyó el pasado domingo 16 de febrero con la ponencia final.

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La reunión, que congregó a dos mil congresistas, más de un 80 % laicos, comenzó en la tarde del viernes 14 de febrero con la sesión inaugural, que presentó la directora del programa Últimas preguntas de TVE, Mª Ángeles Fernández. Se celebró en el Pabellón de Cristal de Madrid.

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La primera intervención fue la del nuncio apostólico, Mons. Bernardito C. Auza, que leyó el saludo del papa Francisco a los participantes en el congreso. En su mensaje, el Papa recordó a los santos patronos de Europa Cirilo y Metodio, que anunciaron el Evangelio a los pueblos eslavos. «El fruto fue ver como muchos se adherían a la fe formando una comunidad». «Esto nos enseña – como afirma el lema del Congreso – que somos Pueblo de Dios, invitados a vivir la fe, no de forma individual ni aislada, sino en la comunidad, como pueblo amado y querido por Dios». Además, el papa Francisco señaló que «el mandato misionero es siempre actual y vuelve a nosotros con la fuerza de siempre, para hacer resonar la voz siempre nueva del Evangelio en este mundo en el que vivimos, particularmente en esta vieja Europa, en la que la Buena Noticia se ve sofocada por tantas voces de muerte y desesperación».

Después, en nombre de la Conferencia Episcopal Española, intervino el presidente, el cardenal Ricardo Blázquez, que explicó que «el Congreso es una de las acciones más importantes proyectadas en el Plan Pastoral de la CEE para los años 2016-2020».
El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, intervino para dar la bienvenida a todos los congresistas, animándolos a promover «con fuerza la dignidad de las personas. Las diócesis de España tienen una oportunidad para, desde la diversidad, promover la vocación laical, sinodal y que ayude a crecer al Pueblo de Dios».

«El Congreso es una de las acciones más importantes proyectadas en el Plan Pastoral de la CEE para los años 2016-2020»

Isaac Martín, laico y miembro de la Comisión Ejecutiva del Congreso, explicó el trabajo que se ha realizado en cada diócesis, agradeciendo las aportaciones de todos. Destacó los tres pilares básicos para el Congreso: ilusión, esperanza y convencimiento. «Hemos de salir ilusionados, esperanzados y convencidos. Ilusionados con la misión que Dios nos ha confiado, esperanzados porque tenemos un papel fundamental en el mundo para acompañar a los hombres y mujeres en sus anhelos y necesidades».

El cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, manifestó su deseo de que el Congreso abra un proceso que dé muchos frutos para España y para toda la Iglesia y recalcó que «la tarea de la iglesia en España es grande. Pero la energía empleada en esta misión para suscitar y despertar el espíritu misionero en la Iglesia es siempre bien empleado. No debemos olvidar nunca las últimas palabras terrenales de Jesús: El Espíritu Santo estará con nosotros siempre».

Después de las presentaciones y saludos, el periodista José Luis Restán, director editorial de COPE, comunicó la ponencia inicial, que recogió las aportaciones de las más de 37.000 personas que integraron los grupos de trabajo en las diócesis. Puedes leer la ponencia inicial completa en este enlace.

La primera jornada concluyó con la vigilia de oración, en la que intervinieron varios laicos con reflexiones y predicó el cardenal Farrel.
 
Grupos de reflexión, líneas temáticas e itinerarios

El sábado fue la jornada de más trabajo de los congresistas. Comenzó con la misa, que presidió el secretario general de la Conferencia Episcopal, el obispo Luis Argüello, acompañado por los sacerdotes participantes y por la mayor parte de los obispos españoles.

En la homilía, monseñor Argüello señaló que «el Evangelio nos muestra uno de los latidos del corazón de Cristo: la conmoción de sus entrañas al salir a los caminos y ver que los hombres y las mujeres están abatidos, como ovejas sin pastor». Desde esa imagen, el obispo invitó a los congresistas a «traer las heridas del mundo para verlas con Cristo, para que el pan y el vino nos lance a patear las calles, como ayer nos invitaba el papa Francisco».

«El Evangelio nos muestra uno de los latidos del corazón de Cristo: la conmoción de sus entrañas al salir a los caminos y ver que los hombres y las mujeres están abatidos, como ovejas sin pastor»

Después de la misa comenzaron los cuatro itinerarios, por los que pasarían los dos mil participantes: Primer anuncio, Acompañamiento, Procesos formativos y Vida pública. Después, los congresistas eligieron las experiencias en torno a cada itinerario, ya en grupos más pequeños —cada itinerario reunió a medio millar de personas—, con diez temas por itinerario. En total, cuarenta experiencias que se explicaron en pequeñas salas repartidas por todo el Pabellón de cristal. 

Por la tarde se repitió el mismo procedimiento, de manera que cada participante pudiera participar en dos itinerarios. Durante todo el proceso, en el vestíbulo del edificio tocaban varios cantantes católicos, como Unai Quirós, Jesús Cabello o David Santafé.

La jornada se cerró con un concierto a cargo de Grilex, Hakuna, Olga Martínez, Gaby Soñer, Chito Morales (Brotes de Olivo y Fermín Negre (IXCIS), Bombai, Amanecer, la cantautora de Valdepeñas María Vasán, Sara y Mingos, Toño Casado, Unai Quirós, Jesús Cabello y Mabelé, cuya canción Misión fue el himno del Congreso de Laicos.
 
Ponencia final
 
El último día del Congreso comenzó con la oración, a la que siguió la presentación del libro Magisterio de la Iglesia sobre apostolado seglar. Del Vaticano II hasta nuestros días, que explicó Luis Manuel Romero, director de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar. El documento recoge todos los textos desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días.

A continuación, se presentó la ponencia final. Un texto que fue terminado a lo largo de la madrugada del mismo día a partir del trabajo de los congresistas de todo el sábado. Los comunicadores fueron Mons. Antoni Vadell, obispo auxiliar de Barcelona y Ana Medina, periodista de TRECE TV.

La ponencia, que puedes descargar aquí, tuvo un doble objetivo: por un lado, presentar las aportaciones que, en un ejercicio de discernimiento, los Grupos de Reflexión han formulado tras el recorrido de los cuatro itinerarios que constituyeron el eje central del Congreso y por otro, ofrecer un escenario de futuro inmediato que permita profundizar en las prioridades que, en un ejercicio de sinodalidad, se han podido identificar durante este proceso.
 
La misa de clausura

La eucaristía fue el culmen del Congreso de Laicos, presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Mons. Ricardo Blázquez.

La homilía comenzó explicando que «somos enviados pero elegidos por Jesús. Él se fía de nosotros y nos confía el ministerio. No somos espontáneos, somos elegidos, llamados y enviados y ha destacado las palabras de San Pablo: "Cristo se fía de mí y me confió este ministerio y sé de quién me he fiado».

El cardenal puso como eje central de la vida de las personas y la sociedad al matrimonio y la familia. «No podemos olvidar que de la familia unida y saludable depende la salud ética de la sociedad», resaltó. En esta línea, afirmó en su comentario a las lecturas de la misa, que «el adulterio comienza en el corazón. ¿Por qué no nos detenemos a mirar con sinceridad y amor compasivo y esperanzado al matrimonio y la familia?»

«No podemos olvidar que de la familia unida y saludable depende la salud ética de la sociedad»

Monseñor Blñázquez concluyó su homilía con un resumen de lo que ha supuesto el Congreso. «Nos hemos sentido encantados en este Congreso por el ambiente que se ha respirado. Estamos probablemente, en el comienzo de una etapa preciosa y esperanzadora para nuestras Iglesias».

La misa concluyó con la acción de gracias de la laica cordobesa Pilar Rodríguez-Carretero Luna y la oración de envío del cardenal Blázquez.

Los congresistas de Ciudad Real

De la diócesis de Ciudad Real acudieron al Congreso el obispo, don Gerardo Melgar, y veinticuatro congresistas encabezados por el delegado de Apostolado Seglar, Juan Manuel García de la Camacha.

El delegado manifestó que el trabajo más importante del Congreso comienza a partir de ahora, para llevar la ponencia y lo vivido a toda la diócesis de Ciudad Real, para lo que se valdrá de la estructura arciprestal. «Tenemos que definir cómo llevar el congreso a toda la diócesis. Ahora se trataría de dar a conocer lo vivido por arciprestazgos, con reuniones arciprestales con responsables de la pastoral, con movimientos, asociaciones y grupos parroquiales. Debemos trasmitirles lo vivido, proponer iniciativas. Cada uno tendrá que concretar en su parroquia qué aspectos priorizar según las necesidades. Los próximos meses daremos forma a los documentos que salen del congreso, especialmente la ponencia final, para llevar el congreso a todos puesto que los que hemos participado en Madrid solo hemos sido los representantes de todos los laicos de la diócesis». En cuanto a la salida que se pide permanentemente, García de la Camacha insistió en la necesidad de que los laicos «asumamos nuestra responsabilidad, puesto que estamos cómodos y adormecidos. Tenemos que asumir que nuestra vocación es salir y vivir la fe en los ámbitos en los que estemos, no vivir la fe de puertas para adentro». 

Sobre la expresión y vivencia de la fe en las parroquias, el delegado advirtió que «creemos que el mejor laico es el que más se parece a un cura y no debería ser así. Nos alimentamos en la parroquia, con los sacramentos, pero luego eso hay que vivenciarlo. Si no se vivencia es una fe adormecida. Contra esa comodidad hay que luchar, es una tentación natural, pero hay que luchar contra ella».

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