Entre el 13 y el 15 de diciembre los seminaristas representaron tres sesiones del festival de Navidad, este año titulado: Believer, creyente.
Mezclando teatro y música, los estudiantes volvieron a lanzar un mensaje navideño, en esta ocasión con un trasfondo de dolor, donde la encarnación de Dios fue la respuesta balsámica al sinsentido que produce vivir como si Dios no existiera.
Miguel Carretero, seminarista que dirigió la obra esta Navidad, explicó la intención de la función: reflexionar en torno a que «Dios también se hace presente en las circunstancias de dolor, con su amor, misericordia, cercanía y ternura para acercar más al mundo a Dios y para acercar más a los hombres entre sí».
Como parte de la historia incluyeron los villancicos, que cantaron tanto los seminaristas menores como los mayores bajo la dirección del sacerdote Tomás Jesús Serrano.
Al espectáculo asistieron más de ochocientas personas que llenaron, incluso con sillas auxiliares, el salón de actos del Seminario en las tres representaciones.
Para concluir cada función, el rector del Seminario, Manuel Pérez Tendero, agradeció al público la numerosa asistencia de cada año, «porque sin vosotros ni habría festival ni habría Seminario», lanzando un mensaje vocacional presente en las letras de los villancicos: «La vocación son “las cosas de Dios” y [en el caso del sacerdocio], no es vocación protagonista, sino que pone “música” a las reflexiones de los protagonistas [...] ofreciendo la belleza del Espíritu a la vida del mundo».