La solemnidad de santo Tomás de Villanueva, patrono de la diócesis de Ciudad Real, se celebró el pasado 10 de octubre con la eucaristía que presidió el obispo, monseñor Gerardo Melgar, acompañado de la mayor parte del presbiterio.
Antes del comienzo de la misa, tal y como se hizo el pasado año, hubo una procesión por las calles aledañas de la Catedral. La imagen de santo Tomás fue portada por los seminaristas y sacerdotes, con un paso cedido por la Hermandad del Ecce Homo y montado por la Hermandad del Ave María (Dolorosa de la Catedral), que aportó los candelabros.
El vicario general, Tomás Villar, explicó que santo Tomás de Villanueva es el patrono de Ciudad Real desde hace 142 años, pero es poco conocido: «Tenemos que darlo a conocer entre el pueblo cristiano, en las parroquias, en los grupos, porque merece la pena conocer la vida y, también, pedirle la intercesión de nuestro santo patrono».
Por su parte, monseñor Melgar, que presidió la misa, explicó el ejemplo de vida de santo Tomás, haciendo hincapié en que para que llegara a ser un buen pastor, se ayudó del ejemplo y de la educación de su familia en Villanueva de los Infantes. Resaltó la unión del santo con «Cristo, pobre y amigo de los pobres», que le hizo tener él mismo predilección por los más pobres, «a los que convirtió en unos privilegiados de su amor».
En la celebración cantaron todos los seminaristas, que además habían acompañado la imagen en la procesión previa, con la comunidad del Seminario Mayor portando el paso la mayor parte del recorrido.
Después de la misa, la jornada continuó con la convivencia sacerdotal en el Seminario Diocesano.