La fiel servidora de los planes de Dios

Queridos todos:

Ya estamos cerca del 15 de agosto. Cada vez que se acerca la fiesta de nuestra patrona, podemos darnos cuenta de lo importante que es y que ha sido siempre la devoción a la Virgen del Prado en los hijos de Ciudad Real.

Desde estas líneas quiero felicitaros a todos, y desearon unas muy felices fiestas de la Virgen del Prado. Que ella siga siendo nuestra protectora y nuestra madre, de la que nos acordamos cada día para pedirle su auxilio y protección.

Ha sido vuestra devoción la que, año tras año, no ha permitido que esta devoción languidezca entre los hijos de Ciudad Real, sino que se mantenga en todo su frescor, para que todos puedan tener en su corazón y en su vida presente a la Madre del cielo.
En una sociedad descristianizada como la nuestra en la que incluso nuestras familias, la de cada uno de nosotros que nos decimos y tratamos de ser buenas personas y personas de fe,  han perdido el norte y se han embarcado, unas veces más consciente y otras más inconscientemente, en  el ritmo de la mundanidad, del materialismo y del egoísmo, y a veces nos olvidamos de que nuestra fe es lo más valioso que tenemos para encontrar respuesta a nuestros interrogantes más vitales, es importante que sigamos valorando y cultivando la fe y no permitamos que la fuerza de la sociedad, que va por otros caminos, languidezca su frescor.

Para ello, no podemos dejar de mirar a la que ha sido modelo de seguimiento de Jesús y cumplidora de los planes de Dios sobre ella y es nuestro modelo, nuestra madre y nuestro ánimo a la hora de seguir valorando y viviendo nuestra fe.

Es ella, la que en momentos de dificultad ha servido a tantos cristianos y estamos seguros de que también a nosotros, para que, precisamente en la dificultad, la trajéramos a nuestra memoria, la mirásemos y admirásemos su ejemplo, y sin importarnos los modelos que nos presenta una sociedad que ha perdido la brújula de Dios, nosotros hayamos conseguido mantenernos por el camino que ella nos marca con su vida y estilo y nos hace capaces de renovar   nuestra fe en su Hijo.

Al celebrar un año más la fiesta de la Virgen del Prado, queridos cristianos de Ciudad Real, recibimos una nueva llamada a mirar a nuestra estrella, la estrella que anuncia el camino, la estrella que lleva a su Hijo y que nos anima a renovar nuestra fe, aun en medio de las dificultades que sentimos en el ambiente en que estamos viviendo.

Volvamos nuestra mirada a nuestra Madre, mirémosla a ella, porque el contemplarla nos va a servir de ánimo para renovar nuestro espíritu y nuestra vida y seguir tratando de vivir las actitudes que ella vivió en todo momento de su vida, actitudes de amor a Dios y de amor a los hermanos.

Pongámonos bajo el amparo, la protección y la ayuda de nuestra Madre, la Virgen del Prado, y encontraremos las cosas más fáciles, porque no se trata nada más que de imitar su ejemplo, pues ella es la fiel servidora fiel de los planes de Dios y la mejor discípula y seguidora de la persona y del mensaje de su Hijo. ¡Feliz fiesta de la Virgen del Prado para todos!
 
+  Gerardo Melgar Viciosa
Obispo Prior de Ciudad Real