El pasado fin de semana ciento cuarenta y cuatro jóvenes de distintos pueblos de la diócesis de Ciudad Real llegaron a Santiago de Compostela después de una semana de camino.
Se trata del séptimo camino que organiza la Delegación diocesana de Pastoral de Juventud, que salió en esta ocasión desde Tuy, realizando la ruta portuguesa.
Como siempre, los voluntarios de la delegación prepararon momentos de reflexión para unir a la experiencia, de por sí ya honda, del camino de Santiago. Este año, el tema que sirvió para la profundización fue Los lugares de Jesús. De este modo, cada vez que se llegaba a uno de los destinos, la tarde se ocupaba en trabajar estos «lugares», sacando de cada uno de ellos una enseñanza de Jesús. El primer día fue Belén, con el rechazo; el segundo Egipto, con la huida; el tercero Nazaret, con la familia y sus valores; el cuarto Galilea, con la vocación de los discípulos; el quinto Betania, para hablar de la amistad y, concretamente, de la amistad de Jesús.
Para el día de la llegada a Santiago de Compostela, el «lugar» elegido para la reflexión fue Jerusalén, estableciendo un paralelismo con la entrada de Jesús. Los jóvenes, por grupos, rezaron el viacrucis, reuniéndose más tarde todos en una iglesia, donde adoraron al Santísimo expuesto.
Al día siguiente, ya en Santiago, la reflexión se guio hacia los sitios de origen de cada participante, lugares de encuentro con Jesús y donde el trabajo de los jóvenes, como evangelizadores, será hacer de sus hogares y pueblos «lugares de presencia de Jesús».
Para José Felipe Fernández, delegado de Pastoral Juvenil, que acompañó al grupo durante el camino, volvió a ser «una experiencia de encuentro, de encuentro con el prójimo pero, sobre todo con Jesús. Una experiencia que lleva ya años dando fruto en los jóvenes de nuestra diócesis».