La Virgen del Carmen en el Museo Diocesano

Coincidiendo con la celebración en el mes de julio de la festividad de la Virgen del Carmen, el Museo Diocesano presenta como «Obra del Mes» la talla escultórica de la imagen bajo esta advocación.

La escultura en bulto redondo de madera dorada y policromada, de 108 x 66 cms., anónima, del siglo XVIII, se localiza en la Sala II del museo, es de gran calidad y repite el modelo iconográfico característico: la madre joven de serena belleza con el niño en brazos, de tierna mirada. Pertenece a la parroquia Virgen de Gracia de Puertollano (Ciudad Real).
 
La Virgen del Carmen es una de las advocaciones marianas más antiguas de la que se tiene conocimiento, comienza su historia (la del Carmelo) en los relatos bíblicos, en el libro de Reyes, en época del profeta Elías, quien acudía al monte Carmelo.

Las excavaciones han demostrado que ya desde el siglo III d.C. griegos cristianos se establecieron como eremitas en el área del Monte Carmelo (en Israel), nombre que deriva de la palabra Karmel o Al-Karem (jardín). En el siglo XII construyeron una pequeña iglesia y la dedicaron a la Virgen María, tomando el nombre de Hermanos de Santa María del Monte Carmelo.

Los carmelitas abandonaron el lugar de origen hacia 1235 a causa de las incursiones y persecuciones de los sarracenos y volvieron a su patria llevando con ellos la devoción carmelita y fundando nuevos conventos. Su Regla, basada en la vida contemplativa, meditación de la Sagrada Escritura y trabajo, fue aprobada en 1247 por Inocencio IV, concediéndoles el privilegio de ser incluidos entre las Órdenes mendicantes como los franciscanos y los dominicos.

En el siglo XV y XVI la orden Carmelita fue reformada en España por santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. Se tienen así dos órdenes del Carmelo: la de «Los Carmelitas», llamados también de la «Antigua Observancia» o «Calzados», y la de «Los Carmelitas Descalzos» o «Teresianos», cuya reformadora y fundadora es santa Teresa de Jesús.

El día de la Virgen del Carmen se conmemora la aparición de la Virgen a san Simón Stock, quien había rogado por que le ofreciera un don especial. Le fueron entregados los escapularios que usaría su orden de allí en adelante. Según es tradición, la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo. Desde entonces la devoción se extendió entre los fieles. Su fiesta fue decretada universal en toda la Iglesia por el Papa Benedicto XIII en 1726.

Descripción de la imagen

La bella imagen mariana representa a la Virgen del Carmen sobre una peana octogonal, de pie. Sostiene en su regazo al Niño Jesús con la mano izquierda (punto de vista de la figura), mientras que con la derecha muestra el escapulario (hoy perdido). Es de una gran plasticidad, provocada por el contraposto de su cuerpo, y la riqueza de los pliegues del manto que viste. La virgen lleva una corona adornada con una pequeña cruz.  Se pinta en dorado, con decoración de piedras, granates y verdes. Viste un rico manto, abrochado sobre el pecho, de tonos verdes azulados, estampado con decoración vegetal y dorada.

La figura del  Niño, que es contemplado con cariño por su Madre, se representa desnudo, sentado sobre el costado izquierdo de la Virgen, inclinándose hacia la derecha. Coronado, de cabeza alargada, y cuerpo rollizo. Extiende el brazo derecho, señalando el pecho de su Madre. El brazo izquierdo queda flexionado por el codo, sujetando con la mano algún objeto hoy desaparecido.
 
Iconografía

La iconografía de la Virgen del Carmen se remonta hasta el siglo XIII, proveniente del templo del Monte Carmelo, y hasta nuestros días ha evolucionado en las formas que hoy conocemos, siempre presente la maternidad virginal que acoge al niño Jesús en su regazo.

La obra estudiada se identifica claramente desde el punto de vista iconográfico como la Virgen del Carmen, al llevar como atributo en la mano derecha el escapulario que fue el que le entregó a san Simón, hoy perdido, y cubierta por un manto que simboliza la protección de María a la Orden.

La palabra «escapulario» viene del latín scapulae que significa «hombros»; al ser un sacramental, nos dispone al amor a Dios y a la verdadera contrición del pecado si lo recibimos con devoción. En su origen era un delantal que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo, simbolizando ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo, llevamos sobre nuestros hombros.  Además de la protección de la Madre de Dios a sus devotos y un signo de su consagración a María.

La virgen del Carmen es una de las más aclamadas por el fervor católico. Ha sido nombrada patrona de muchísimas ciudades en el mundo, sobre todo en Europa. Estas localidades celebran fervientemente unas festividades en su nombre los 16 de julio de cada año. Es Abogada del Purgatorio y Patrona de las gentes del mar.

España es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación; los pescadores han nombrado a la Virgen del Carmelo su fiel protectora (es conocida como «la estrella de los mares» (Stella Maris); y, además, la Marina Española le ha concedido el título de patrona. La Virgen del Carmen también es «reina y patrona» en países de América del Sur.
 
Ha sido fuente de inspiración para los artistas de todos los tiempos, comenzando por Masaccio en el Trecento italiano, hasta Goya, pasando por Velázquez, Murillo, Gregorio Fernández, la Roldana y el Tiépolo en Venecia. Ninguna advocación mariana en la Iglesia Santa de Dios presenta tantas facetas inspiradores para el arte como Ntra. Sra. del Carmen.
 
Mensaje

«La devoción del escapulario del Carmen ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales» (Pío XII, 6-VIII-1950).

Texto: Ana María Fernández Rivero