Dadles vosotros de comer

Llegar a comprender la razón de por qué la Iglesia hace coincidir la festividad del Corpus Christi con el Día de la Caridad supone recorrer un admirable camino que conduce desde una religiosidad sustentada en distintos referentes, a la Fe en Jesucristo como único Señor. Un trayecto que tiene como culmen la contemplación y reconocimiento de la Presencia humildísima del Hijo de Dios en la Eucaristía y dimanando de ella, en nuestros hermanos más pobres y marginados como expresión tangible de este admirable Misterio. De tal manera que quien no confiese al Señor en el Pan y Vino consagrados, difícilmente podrá amar a los más empobrecidos como Cristo los amó.

«Dadles vosotros de comer» (Lc 9) es el mandato que Jesús da a sus discípulos en respuesta a la preocupación que los doce mantienen por la situación de desamparo de la muchedumbre, el evangelio habla de unos cinco mil, que sigue encandilada al Maestro oyéndole hablar sobre el Reino de Dios, atraídos por sus milagros pero carentes de comida y alojamiento. Jesús habla de ese Reino donde no habrá llanto ni dolor, realiza milagros portentosos y parece olvidarse de las necesidades más perentorias de los allí presentes.

Sin embargo Jesús no solo no se desentiende de ellas sino que los sorprende y les manda actuar. El significado de la escena es como un preámbulo del Gran Milagro que Jesucristo realiza en la Última Cena. El pasaje del evangelio de Lucas relata el milagro de la multiplicación de los panes y los peces para dejar patente el hecho de que Jesús además de hablar sobre temas trascendentales y futuros, se preocupa también del hoy, del ahora mismo. Un milagro para saciar el hambre corporal multiplicando y repartiendo el pan entre todos los que allí se encuentran. Será el Jueves Santo cuando Él mismo se haga Pan. «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». «Una tradición que viene desde antiguo» y que Pablo describe en su primera carta a los Corintios, un alimento que satisface el hambre del Espíritu. Para Jesús, ambos panes son necesarios, el primero para saciar el hambre material y el segundo para lograr la Vida Eterna.

Los obispos que integran la Comisión de Pastoral Social en la Conferencia Episcopal nos invitan a través del habitual mensaje que cada año elaboran con motivo de la celebración de esta festividad del Corpus Christi a «hacer de nuestra vida una entrega creíble en todo momento a los heridos por la vida». Esta invitación supone la actualización del mandato que Jesús dio a sus discípulos y va dirigida a todos los cristianos que viven la Fe comprometidos desde las distintas vocaciones y carismas en la Iglesia; todo ello para ser testigos y misioneros del Amor de Dios a los más necesitados.

Cáritas como organización a quien la Iglesia tiene confiada su acción socio-caritativa y en línea con su lema Tu compromiso mejora el mundo trabaja de una manera gozosa respondiendo así a este mandato colaborando en la erradicación de la pobreza, en la promoción integral de las personas y en la instauración del Reino de Dios en la Tierra.


Fermín Gassol Peco
Director Cáritas Diocesana de Ciudad Real