En la tarde del domingo 26 de mayo se abrió el Jubileo por san Juan de Ávila en Almodóvar del Campo, que se celebra por el 450 aniversario de la muerte y el 50 aniversario de su canonización.
El obispo, una veintena de sacerdotes y algunos alumnos del Seminario Menor, salieron en procesión con las reliquias de san Juan de Ávila desde la casa natal del santo hasta la puerta principal del templo parroquial acompañados por numerosos fieles. Allí, monseñor Melgar golpeó tres veces con el báculo en la puerta, pidiendo su apertura, tal y como indica la liturgia. Una vez en el templo, tras orar brevemente se leyó el decreto del obispo que establece el Jubileo.
En la homilía, don Gerardo animó a todos a fijarse en el ejemplo de san Juan de Ávila, maestro de santos, «porque en él, en su persona y en su vida, encontramos encarnado todo lo que nosotros tendríamos que vivir para ser unos buenos discípulos y seguidores de Cristo». Resaltó algunas claves del ministerio del santo, y subrayó que en «el año jubilar nos da la oportunidad de conocerle más [a san Juan de Ávila], de profundizar en su vida y escritos». Animó a acercarse al santo para que «tengamos ganas de ser nosotros santos, de imitarle», viviendo el reto del año jubilar: «Un año de gracia, de conversión. Un año en el que imitemos a san Juan de Ávila, que vivía con Dios, desde Dios y para Dios».
Por su parte, el párroco, Juan Carlos Torres, explicó que toda la parroquia de Almodóvar «está alegre, esperando que sea un año de muchas peregrinaciones, donde mucha gente pueda renovar su vocación, darle gracias a Dios y actualizarla». En este sentido vocacional se ha escogido el lema del Jubileo, Un nombre para siempre, para conseguir que los peregrinos den gracias a Dios por el nombre que «constituye nuestra verdad y nuestra identidad profunda, nuestra misión en el mundo, y la realización definitiva de nuestra incorporación al ser del Dios para siempre».
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