Hoy, viernes 8 de febrero, en el Día del Ayuno Voluntario, Manos Unidas ha presentado en nuestra diócesis la campaña de este año en el que se cumple el sesenta aniversario de su lucha contra el hambre. El presidente diocesano, Pelayo Dorado, ha destacado que, en la fundación de Manos Unidas hace sesenta años, las mujeres de Acción Católica declararon «la guerra al hambre».
Manos Unidas quiere rendir homenaje a aquellas mujeres en este sesenta aniversario y a toda mujer que, en el siglo XXI, sigue teniendo una situación de desventaja. Por eso, con la campaña de este año comienza un «trienio de lucha» en el que la ONG centrará su labor en la defensa de los derechos humanos «como instrumento de trabajo en el apoyo y acompañamiento a las personas más desfavorecidas». Destacando el mensaje que nos lanza Manos Unidas, el presidente diocesano, ha querido incidir «en la universalidad, en la indivisibilidad de los derechos humanos y en su exigibilidad» porque todos los seres humanos pueden reclamarlos.
También ha intervenido en la presentación a los medios de comunicación la Carmelita Misionera Santa Ruiz, que está desarrollando proyectos en Haití, tristemente conocido por los terremotos que han asolado el país. La religiosa ha destacado dos proyectos: uno de nutrición infantil y el otro sanitario. Ella y la hermana Juana, también Carmelita Misionera, se pusieron en contacto con Manos Unidas «a través de la Internet» para dar respuesta al grito del hambre que tantos niños les lanzaban. Hoy, la hermana Ruiz, cuentan con orgullo cómo han podido atender a muchos enfermos en el dispensario, con un médico para más de treinta mil personas y cómo muchos niños han conseguido crecer con salud y bien alimentados. Manos Unidas nos invita a «promover los derechos con hechos».