El pasado viernes 21 de diciembre, la Catedral acogió el acto de entrega de la Luz de la Paz de Belén, una iniciativa scout cada vez más popular en nuestra diócesis.
El obispo presidió la celebración, una liturgia de la palabra en la que el símbolo de la luz como Cristo fue la idea central, animando a llevar a Jesús a cada hogar, a cada familia, a cada realidad, a cada corazón. Este año con el lema «Exista la luz».
Junto al obispo estuvieron varios sacerdotes, el vicario de Pastoral, Jesús Navarro y el consiliario de los scouts en la diócesis, Óscar Casas.
El grupo scout de San Pedro, que lleva un año de andadura, se encargó de animar con los cantos la celebración. Tras la lectura de la Palabra de Dios, las palabras del obispo y las peticiones, se entregó la luz a distintos representantes de arciprestazgos y parroquias que, a su vez, se encargaron después de repartir el símbolo por toda la provincia. Monseñor Gerardo Melgar habló de Cristo como «la luz de las naciones, […] la auténtica luz que ilumina este mundo».
Este modo de «difusión» de la luz de la paz, es el mismo que se utiliza desde la cueva de la iglesia de la Natividad en Belén. Allí, scouts y rutas de Viena se encargan de encender una lámpara cuya luz, una vez en Viena, se difunde por todo el mundo. Este año, a España llegó a la diócesis de Guadalajara, centro de la luz de la paz para todo el país en 2018.